La coalición roji-verde designará a Johanna Sigurdardottir como primera ministra provisional hasta que se celebren las elecciones la próxima primavera. Casada con una mujer, y con dos hijos, es una de las políticas más populares

Islandia podrá convertirse la semana que viene en el país «arcoiris». Y no precisamente porque su colapso económico -que ha sumido en una crisis sin precedentes a la encantada isla del Atlántico Norte- vea la luz tras la «tormenta perfecta», que dijera Putin. Será porque por primera vez en la historia una persona que reconoce abiertamente su condición homosexual tomará las riendas del gobierno de un país, aunque sea de modo provisional y hasta las próximas elecciones parlamentarias, que se celebrarán la próxima primavera.
Con dos hijos de su anterior matrimonio, socialdemócrta, 66 años, casada con una mujer desde 2002, ex azafata de las aerolíneas islandesas Loftleidir, ministra durante ocho años (1987-1994) de Asuntos Sociales, y unas de las políticas más populares de la «Tierra de los Hielos»... Ése es el perfil de Johanna Sigurdardottir, quien con probabilidad será designada por la nueva coalición roji-verde (Alianza Socialdemócrata y el hasta ahora partido opositor de la Izquierda-Verde) como nueva primera ministra.
La coalición negociaba ayer los últimos flecos de su pacto tras la dimisión, el pasado lunes, del primer ministro conservador Geir Haarde, quien se vio obligado a dimitir tras los graves disturbios ocasionados en protesta por la crisis económica que derribó el castillo de naipes del que era el sexto Estado más rico del mundo.
Hasta ahora el conservador «Självständighetspartiet» (Partido de la Independencia) había estado ligado siempre al Gobierno desde que esta joven nación se independizase de Dinamarca en 1944.
También contra la OTAN
En tan sólo tres meses la tasa de paro ha pasado del 1,7% al 7,9%, la recesión alcanzará este año el 10 por ciento, y la inflación el 13 por ciento. Datos y datos negativos que sumados a la presencia esta semana del secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, han provocado una ola de protestas aún mayor. Ayer fueron detenidos seis militantes «altermundistas». La OTAN, por cierto, ha ofrecido sus capacidades para afrontar la otra gran amenaza que asola a la luminosa y rica en géiseres Islandia: la amenaza del cambio climático y el deshielo ártico.
La apuesta del líder socialdemócrata, Ingibjorg Gisladottir, para la jefatura del Gobierno islandés comenzó ayer a ejercer el cargo señalando que su gobierno anularía una decisión del actual ministro de Pesca, aún en el cargo, que permite una mayor caza de ballenas. Todo un guiño a sus futuros compañeros ecologistas antes de que le den el «sí quiero».
Un buen día, sin una pizca de rubor, Sigurdardottir salió abiertamente del armario en el Parlamento: «Soy lesbiana y me voy a casar». Ahora los responsables del protocolo echan humo para ver cómo solventarán algunos contratiempos mientras el país espera el otro «arcoiris», el económico.

