Resucita a su bebé por teléfono
Una joven madre británica reanimó la vida de su bebé hasta en cuatro ocasiones en diez minutos. Cordelia Nolan salvó la vida de su hijo prematuro con ayuda de las instrucciones que le daban por teléfono los servicios de urgencia del 999
La vida se le fue cuatro veces y otras cuatro veces su madre logró que el pequeño Emrys, de apenas doce semanas de vida, recuperara la respiración durante los diez minutos que tardó la ambulancia en llegar a casa. Cordelia Nola, madre soltera de 25 ... años de Bristol, donde trabaja como instructora de autoescuela, consiguió salvar la vida de su hijo con la ayuda de las instrucciones que le daban por teléfono los servicios de urgencia del 999.
Cordelia quedó «petrificada» cuando Emrys, que había nacido de modo prematuro diez semanas antes de cumplir el normal tiempo de gestación, dejó de respirar el pasado 14 de abril cuando estaba acostado en el domicilio de Westbury-on-Trym, en el extrarradio de la ciudad inglesa de Bristol.
Por suerte, la madre había hecho un curso de técnicas de resucitación, porque se lo habían aconsejado en el hospital cuando nació Emrys prematuramente. De modo que supo poner en práctica lo que le dictaban por teléfono cuando Cordelia y su primo Kieran Byrne, que se alojaba en casa esos días procedente de EE.UU., llamaron a urgencias alertando del mal estado del bebé. Kieran se encargó de ponerse al auricular del teléfono y fue trasladando a su prima las instrucciones que iba recibiendo.
Diez minutos después llegó la ambulancia con personal sanitario, que pudo atender al bebé hasta su ingreso en el hospital infantil de Bristol. Allí diagnosticaron que la causa del problema había sido una infección de orina. «Emry se fue a la cama como siempre», explicó después la madre, «entonces vi que estaba intranquilo y gruñiendo en su cesto, así que le cogí durante unas cinco horas. A las 8 de la mañana no quiso alimento. Se le fue el color y se puso azul». «Comencé a aplicar las técnicas de resucitación de emergencia para las que me entrenaron porque había nacido de modo prematuro. Estaba petrificada, pero seguí con el piloto automático. No tuve tiempo para pensar, simplemente ejecuté las técnicas», contó Cordelia.
Usando dos dedos dio a Emrys treinta golpes en el pecho cada dos respiraciones, manteniendo la batalla a pesar de que la vida del bebé pareció irse en cuatro ocasiones. «Le volvía a la vida, lloraba un poco y volvía a irse. Le apliqué el boca a boca sobre su nariz y boquita», siguió explicando.
La llegada de la ambulancia, con tres paramédicos, fue alivio, tras diez minutos de espera que se hicieron eternos. Cornelia acompañó a su hijo en la ambulancia hasta el hospital infantil de Bristol. Sólo cuando allí ella puedo relajarse de la tensión vivida y darse cuenta de todo lo ocurrido. «Llegué físicamente agotada», comentó.
Aclamada por la prensa británica como una auténtica heroína, ella ha rechazado ese calificativo, convencida de que «cualquier madre hubiera hecho lo mismo».
Quien en la central de ambulancias tomó la llamada de los dos primos, Jennifer Riley, aseguró que sin la decidida actuación de Cordelia el bebé hubiera muerto casi seguro antes de que el personal paramédico hubiera llegado al domicilio familiar. «Es maravilloso cuando al final todo acaba bien», manifestó Riley.
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