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Buses «creyentes» y «ateos» empiezan hoy a circular en plena polémica

Buses «creyentes» y «ateos» empiezan hoy a circular en plena polémica

Hoy es el día D, en el que los llamados «buses ateos» comenzarán a circular por la capital. Serán dos vehículos, uno de la línea 3 -que circula por la calle de Bailén, donde se encuentran el Arzopispado de Madrid y la Catedral de la Almudena- y otro de la línea 5, también muy céntrica. Desde que se anunciara la intención de la Unión de Ateos y Librepensadores de poner en marcha en Madrid la misma campaña que en Barcelona -con el eslogan «Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida»-, la polémica no ha arreciado.

Después de que Control de la Publicidad diera su visto bueno -aunque su opinión no es vinculante- a PubliSistemas, la empresa que gestiona la publicidad de la EMT, tan sólo cabía esperar al día de hoy, cuando arranca la campaña madrileña. Estos dos autobuses lucirán el mencionado eslogan durante cuatro semanas. Los gastos ascienden, según la página web del «bus ateo», a 4.000 euros, de los casi 26.000 recaudados.

Paralelamente, una iglesia evangélica de Fuenlabrada ha puesto en marcha lo que puede llamarse una contracampaña, también en la EMT y que también arranca hoy. Son las líneas 147 y 20. La cuestión es que «ateos» y «evangélicos» se cruzarán en sus itinerarios: en la Castellana, en Sol, en la calle de Alcalá...

Albert Riba, presidente de la Asociación de Ateos y Librepensadores, explicó a Ep quela declaración de los obispos españoles por la constituye una falta de respeto que ofende gravemente a los que carecen de convicciones religiosas y difunden de forma pacífica y respetuosa sus opiniones y su modelo de convivencia en la sociedad.

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, criticó el domingo la campaña publicitaria y dijo que utilizar espacios públicos «para hablar mal de los creyentes es un abuso que condiciona injustamente el ejercicio de la libertad religiosa.

Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española, dijo también que la libertad de expresión, «ha de ser tutelada. Pero los medios públicos no deberían ser utilizados para socavar derechos fundamentales, tampoco el de los creyentes a no ser heridos y ofendidos».

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