Bolivia vota profundamente dividida su nueva Constitución
El presidente boliviano acudió ayer a votar en el referéndum de aprobación de la nueva Constitución de su país en la localidad cocalera de Chapare (en la imagen), cuna de su trayectoria sindical y política. Evo Morales se presentó en el colegio electoral sin su habitual escolta y conduciendo él mismo su todoterreno blindado. Pero por mucho que Morales se quiera abstraer de la dura campaña vivida estos días acudiendo a una circunscripción en la que se sabe arropado por antiguos compañeros cultivadores de hoja de coca y amigos personales de la infancia, ese «día histórico para la democracia, la primera vez que todos los bolivianos votan una nueva Constitución» que ayer declaró ufano tras depositar su papeleta, no lo es en absoluto. Y no lo es porque toda la oposición ha terminado renunciando a un texto -aprobado en su momento por los parlamentarios leales a Morales atrincherados en un cuartel-que favorece a la minoría indígena frente a la inmensa mayoría criolla; y desde luego, si está llamado a ser histórico, lo será porque puede haber marcado el inicio de una peligrosa fractura social. -Internacional
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