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Gadafi recige al Rey con una muestra de la «memoria histórica» de Libia

Su Majestad el Rey empezó ayer en Trípoli su primer viaje a Libia con una lección de memoria histórica. El líder de la Revolución, Muammar Gadafi, le recibió ante las ruinas de la residencia que EE.UU. le bombardeó en 1986, bajo el mandato de Ronald Regan, en represalia por unos atentados terroristas contra norteamericanos supuestamente inspirados por Libia. En el bombardeo murió una hija adoptiva de Gadafi y el coronel, en lugar de reconstruir la residencia, dejó las ruinas intactas para la posteridad.

Ante ellas, el Rey fue recibido con honores, pasó revista a las tropas y se interpretaron los himnos de España y de Libia. La ceremonia de bienvenida estaba prevista en el aeropuerto, pero allí sólo se escucharon las 21 salvas de ordenanza. Gadafi prefirió cambiar de escenario e invitar a su huesped, al que recibió con dos besos, a pasar al interior del edificio destruido y mostrarle con detalle los horrores, como también hizo en 2003 cuando le visitó el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar. Sobre el suelo y junto a las bombas lanzadas hace 26 años, se había colocado una alfombra roja para que caminaran los mandatarios. Al terminar la siniestra excursión, Gadafi pidió al Rey que firmara en el libro de visitas: «Con un saludo muy afectuoso y muy contento de estar por primera vez en Libia», escribió Don Juan Carlos.

Reuniones bilaterales

Después del recibimiento, los dos mandatarios se reunieron para abordar las cuestiones bilaterales y, posteriormente, Gadafi ofreció una cena al Rey, a la que asistió la delegación empresarial que le acompaña. Una delegación «sin precedentes», según fuentes diplomáticas, que está compuesta por los presidentes, consejeros delegados o altos directivos de quince de las empresas más importantes de España, entre ellas Repsol-YPF, Indra, OHL y Sacyr Vallehermoso. También ha viajado a Trípoli el director general de Isolux, Álvaro Rengifo, que se hizo famoso al quedar retenido en el hotel durante los atentados de Bombay. Y es que el objetivo de este viaje histórico es precisamente económico. En concreto, resolver la «irritante» deuda que mantiene Libia con empresas españolas y abrir una nueva etapa.

Anoche, el Rey afirmó ante Gadafi que «España desea acompañar a Libia en su camino de progreso y modernización» y confió en «la solución definitiva de compromisos pasados». Aunque Gadafi insistió en que tenía previsto nacionalizar las empresas extranjeras petroleras si el precio del crudo se mantiene por debajo de cien dólares el barril, garantizó ante Don Juan Carlos que las empresas españolas no tienen nada que temer, pues «España es un país amigo». De momento, están apalabrados proyectos a empresas españolas por valor de 1.500 millones de euros, que fueron pactados durante la visita que hizo Gadafi a España en 2007 y se espera que durante el viaje del Rey se cierre alguno más.

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