El fiscal busca al distribuidor de las piezas radiactivas halladas en un vertedero
La Fiscalía de Valencia ha dado órdenes al Seprona para que identifique al distribuidor de los detectores de humo con material radiactivo hallados el pasado lunes en un vertedero incontrolado en un pequeño pueblo de la provincia de Valencia.
El punto de partida de los agentes es el número de serie que figura en estos detectores ionizantes, aparatos que requieren de un tratamiento diferenciado del resto de residuos por tener, entre sus componentes, una dosis mínima de americio. Se trata de una sustancia radiactiva que en grandes cantidades puede producir cáncer de huesos.
A través del número de serie la Guardia Civil puede localizar al fabricante y de ahí llegar al distribuidor, para tratar de determinar si existen responsabilidades. El Ministerio Público se remite al real decreto 208/2005, según el cual los distribuidores «recepcionarán temporalmente» los aparatos eléctricos y electrónicos, entre los que se incluyen los detectores de humos hallados en el vertedero incontrolado de Andilla, en la serranía de Valencia, a 70 kilómetros de la capital.
Es, pues, la empresa que instala un aparato la encargada de retirar aquel al que sustituye; de llevarse el viejo cuando instala uno nuevo.
«Quien contamina paga»
Posteriormente, son los productores de estos aparatos los que han de hacerse cargo de los mismos, «proceder a su correcta gestión» y asumir el coste de todo el proceso en aplicación del principio «quien contamina paga». El resultado de la investigación de la Guardia Civil se incorporará a las diligencias previas abiertas en un juzgado de Lliria, a raíz de la denuncia presentada por la Fiscalía por la existencia de un vertedero incontralado cuando se desconocía la entidad de los residuos allí depositados y su potencial toxicidad.
Fuentes del Ministerio de Industria y de Enresa -Empresa Nacional de Residuos Radiactivos-, insistieron ayer en minimizar la peligrosidad de los aparatos encontrados en el basurero de Andilla.
Los detectores se encuentran bajo la custodia de la Guardia Civil, que ha clausurado el vertedero. Como los aparatos no tienen «padre», el Consejo de Seguridad Nuclear ha pedido a Enresa que, «de manera excepcional», se haga cargo de los mismos.
La empresa procederá en los primeros días de febrero a retirar los dectectores y reintegrarlos en la «línea de reciclaje»: los llevará a Barcelona para su desmontaje; una vez aislada la fuente radiactiva ésta sera trasladada a las instalaciones que Enresa tiene en Córdona. Ubicado en Hornachuelos, el Cabril es el único cementerio nuclear español, acondicionado para materiales de baja y media actividad, con una vida máxima de 300 años.
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