Gregorio Marañón insiste una y otra en que los relevos del director artístico y musical, Jesús López Cobos y Antonio Moral, respectivamente, no obedecen a una «instrumentalización política» del Teatro Real, como en algunos medios se ha querido interpretar. «No vale imputarle a la política lo que no nos guste. Haya aciertos o no, sólo son imputables al teatro».
Esta autonomía política, que cristalizó con el nombramieto de una persona civil -Marañón- hace un año como presidente del Patonato, puesto que antes ocupaba el ministro de Cultura, es el mayor logro que, en su opinión, se ha conseguido en el último ejercicio. Lo que le ha otorgado al Real «estabilidad», ajena a los cambios electorales, que no es lo mismo que «inmovilismo», pues también ha sido un periodo en el que, a pesar de las buenas intenciones, no han faltado marejadas.
El presidente del Patronato de la Fundación Teatro Real hacía ayer balance para ABC de este último año y, por supuesto, éste era muy positivo, pues se ha traducido en «la consolidación del modelo, que consiste en el tratamiento del Real como una gran institución del Estado, como sucede con el Museo del Prado»; además de la dinamización del Patronato, que ha pasado de no reunirse apenas a cuatro reuniones en un año, manteniéndole informado en todo momento «de la totalidad del proceso de negociación y contratación a Mortier».
-Después de los ajetreados acontecimientos que han rodeado la carrera de Mortier últimamente, su nombramiento parece casi una carambola...
-De ninguna manera. Fue una apuesta ya hace 12 años, y ahora estaba previsto desde el principio, junto a Lissner, en una negociación que se realizó en paralelo.
-Tras su pausada presentación el pasado mes de diciembre, Mortier se ha destapado con unas declaraciones en «Le Monde», donde afirma que está dispuesto a enfrentarse con el público español para llevar adelante su proyecto, además de criticar la educación musical de nuestro país...
-Esas declaraciones las hizo hace dos meses. Las respeto pero estoy convencido de que Mortier tendrá una visión diferente después de que haya pasado seis meses en España. Está deseando venir a cautivar y a seducir al público español.
-¿Y a provocarlo?
-La ópera es seducción y provocación. Su compromiso con nuestro país va a ser grande. Este teatro será el último gran puesto de su brillante carrera y quiere comprometerse con España hasta el punto de pedir la residencia y pagar los impuestos aquí.
-Se ha hablado de que Mortier cobrará 280.000 euros...
-No quiero hablar de cifras concretas pero las condiciones económicas son más que correctas. El sueldo es algo inferior a 280.000 euros para una persona que asumirá la dirección artística y la gestión musical. El modelo de Mortier es más económico que el de una doble dirección.
-Pero también quiere asumir las responsabilidades de comunicación y la dirección técnica...
-No, la comunicación depende únicamente de la dirección general y del presidente del Patronato, y tampoco será director técnico pero es lógico que a efectos de las producciones quiera tener una relación directa con la dirección técnica.
-También será el primer director artístico que forme parte de la Comisión Ejecutiva...
-En la Comisión Ejecutiva hay tres personas: el presidente del Patronato, un representante del Inaem y un consejero de la Comunidad de Madrid, y a sus reuniones también asiste el director general. Mortier ha dicho que le gustaría ser invitado. Es el primer director artístico que lo solicita.
-La temporada 2010-11, que estaba cerrando Moral, ¿la completará ahora el director belga?
-Moral planteó que quería hacer la programación con independencia, sin ninguna colaboración o, si no, él prefería que la hiciera Mortier. Ante este planteamiento es preferible que sea Mortier quien la termine. Sin embargo, lo que estaba cerrado se mantendrá aunque es posible que con algunos cambios.
-Marcelo Álvarez ha dicho no a Mortier, y otros han marcado distancias con el director belga. Según ha podido saber ABC, el propio Juan Diego Flórez ha cancelado su participación en el «Così fan tutte» en 2010-2011...
-Cada vez que un cantante dice que no a Mortier se lo dice al Real. Frente a algunos que no quieren venir, hay muchos otros que están deseando trabajar con Mortier. Sentiría mucho que Flórez no cantara «Così fan tutte»...
-Con el fichaje de Mortier, lo que ha cambiado radicalmente es el modelo musical...
-Sí. Mortier traerá tres directores permanentes especializados: en música contemporánea, en el siglo XIX y en el Barroco. Este modelo ofrecerá más continuidad que el de un director que dirige cuatro óperas al año y después se va. Este no es un modelo inventado por el Real, ya se ha hecho en Milán y en París.
-En todos estos cambios hay quien ha aprovechado para culpabilizar a la orquesta del Real de todos los males del teatro...
-El Real tiene en altísima estima a la orquesta, y está muy contento con ella, y siempre que he tenido oportunidad se lo he dicho a su presidente.
-La incorporación de Mortier, ¿en qué cambia el modelo actual del Real?
-Mortier programaba en París un 35% de música contemporánea, y el Real esta temporada ha programado un 33%. El proyecto está ahí -apertura a nuevos públicos, la búsqueda de la excelencia...- La continuidad del modelo se la da el director general, Miguel Muñiz, y Mortier se ha sumado a su equipo para dejar su propia impronta y su sensibilidad, que llevará a la internacionalización del teatro.
-Hay quien ha afirmado que el Real tiene un perfil bajo...
-La calidad de la programación del Teatro Real no responde a esa calificación. A lo que se refiere es que las coproducciones que se presentan se identifican con el primer coproductor que las estrena, que es el que se lleva el éxito. Nuestra intención es convertirnos en la cabeza de esas coproducciones, lo que permitirá una mejor proyección en Europa.
-¿Se va a replantear la posibilidad de crear una Comisión Asesora, como la que echó a andar en el Liceo la semana pasada?
-Está contemplada en los estatutos de la Fundación pero en enero pasado se desestimó por respeto a López Cobos y Moral, que se mostraron contrarios a ella porque pensaban, de manera equivocada, que iba a interferir en sus competencias. Se planteará cuando se incorpore Mortier al Real.