CLÁSICA
C. Comunidad de Madrid
Beethoven: «Novena sinfonía». Int.: R. Lojendio, M. J. Suárez, R. Künzli, M. Vinco, coro Orfeón Pamplonés, Orquesta Sinfónica de Madrid. Dir.: R. Frühbeck de Burgos. Lugar: Auditorio Nacional. Madrid. Fecha: 30-12-08
ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE
Hace diecinueve años que la Sinfónica de Madrid estableció la costumbre de interpretar la «Novena sinfonía» en la frontera del 31 de diciembre. Parece una larga tradición pero es tan sólo un detalle frente a las muchas interpretaciones que se contabilizan en la historia de una orquesta centenaria. También deben sumar algún ciento las veces que Rafael Frühbeck de Burgos ha dirigido la obra. E, incluso, deben ser varias las veces que buena parte del público, que año tras año llena el Auditorio Nacional ante el anuncio de la obra, la habrá escuchado. Los números siempre otorgan una especie de seguridad vital pero, a la postre, tienen poco valor si de lo que se trata es de hacer bueno ese instante de emoción que cualquiera espera encontrar en esta música.
Por eso hay que agradecer al maestro Frühbeck que siga pisando el escenario con semejante autoridad, que imponga un criterio interpretativo en el que es fácil reconocer claridad de ideas, afirmación, voluntad por mantener la música pujante y, al tiempo, caminar serenamente por el primer movimiento, otorgarle cierta marcialidad al segundo, orden en el tercero y progresivo engrandecimiento en la apoteosis final. Cualquier orquesta se siente cómoda ante un director fuerte y eficaz. La Sinfónica lo está con Frühbeck y, por eso, son pura anécdota la falta de coincidencia en algunas entradas del cuarto movimiento. Porque, a la postre, quedó en el aire la mezcla de ilusión y veteranía que entretejió la versión. Algo palpable en las voces del Orfeón Pamplonés que volvía a cantar la obra con la Sinfónica después de hacerlo en 1927 con motivo del centenario de Beethoven (los detalles se cuentan en www.orfeonpamplones.com). Se entiende así la respuesta muy entusiasta del público. La del más veterano porque la expectación se transformó en la certidumbre de una música «universal» (Wagner) y que nos es fácil hacer con semejante coherencia. Para quien fuera su primera vez porque quizá aprendió que las emociones de la música son siempre introvertidas, complejas, profundas... e inolvidables.