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Con la muerte a cuestas

Una marroquí de 30 años, licenciada en Derecho y, paradójicamente, «condenada» a jugarse la vida por seis euros, se ha convertido en la primera porteadora muerta en el paso de Beni Enzar

Con la muerte a cuestas

Detrás de cada suceso puede haber una historia sorprendente. Y detrás de la muerte de una joven porteadora tras ser pisoteada por otras compatriotas en la frontera de Beni Enzar, que separa Melilla de Marruecos, también. La joven, de 30 años, de la que nunca ... se supo su identidad, era licenciada en Derecho. Potencial abogada en toda regla, nunca había ejercido porque nunca pudo ponerse una toga, defender los derechos de los demás o lidiar ante un tribunal. Tenía que alimentar a sus tres hijos de corta edad y a sus padres. Era el pilar de la casa. Sin marido, con la necesidad económica que determina la pobreza, se veía obligada a ejercer de porteadora pero sólo de manera ocasional. Con ello se ganaba entre 6 y 8 euros en una mañana. Eso después de descontar los impuestos que marcan los sobornos que practican los agentes marroquíes en el paso, resumidos al cobro de una comisión al porteador si quiere que el traslado de mercancía a Marruecos se produzca sin problemas.

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