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Un «Barbero» de impacto

ÓPERA
«El barbero de Sevilla»
Intérpretes: J. M. Zapata, B. de Simone, S. Tro, P. Spagnoli, S. Orfila. Dirección musical: A. Alviach. Dirección de escena: M. Clément. Teatro Campoamor. Oviedo.
COSME MARINA
El conde de Almaviva y Fígaro orinan contra la pared, caminan al modo de los picapiedra en contenedores de basura -de reciclaje, por supuesto- y el conde se disfraza de Rambo y Elvis en su lucha por conquistar el amor de Rossina en la casa del doctor Bartolo, aquí convertido en maquiavélico dentista. Son algunos de los guiños de la desbordante inventiva con la que la joven directora de escena francesa Mariame Clément sazonó su original propuesta sobre «Il barbiere di Siviglia». Fue para el público ovetense un «Barbero» nada al uso y su reacción al final fue encendida con bravos y pateos entremezclados y algún que otro exabrupto por entremedias de la representación. Nada del otro jueves en el siempre convulso mundo de la lírica. Vamos, poco más que un ligero escándalo de colegiales, ante una mirada, por otra parte, nada transgresora sobre la ópera de Rossini. Clemént le da la vuelta a la obra con gracia y convierte la acción en una sucesión inteligente de gags -quizá a veces abusa un tanto de forzar las situaciones- que le dan brío al título llenando la escena de energía.
Al impacto de la escena correspondió un reparto francamente interesante, con rossinianos de fuste y buen criterio estilístico comandados desde la batuta con corrección y eficacia por Álvaro Albiach, con una versión musical sobria y contrastada. Se metió al público en el bolsillo Pietro Spagnoli como Figaro. Solvente, rotundo y seguro su prestación vocal fue impecable al mismo nivel que la entrega y el absoluto dominio del personaje del conde de Almaviva que exhibió José Manuel Zapata. El tenor vive un momento dulce de su carera y este es, sin duda, uno de sus papeles fetiche. Fantástico el Bartolo de Bruno de Simone y a buen nivel la Rosina de Silvia Tro a la que sólo le faltó un poco más de garra escénica para redondear su actuación. El contundente Basilio de Simón Orfila completó una velada de buen nivel vocal y alta temperatura en el vetusto Campoamor pese a los coletazos del temporal de nieve.