«A día de hoy no me planteo la retirada» Finito de Córdoba _ Matador de toros
Domingo, 21-12-08
TEXTO: CHILA LÓPEZ
FOTOS: VALERIO MERINO
CÓRDOBA. -¿Qué balance hace de la temporada 2008?
-Positivo, siempre positivo. He optado, por distintas circunstancias, por bajar el número de festejos. Pero creo que ha sido muy positivo porque, afortunadamente, este año me han vuelto a respetar los toros. Además, están los tres indultos y que he cuajado muchos toros. Ha habido tardes importantes como las de Granada, Cuenca, San Sebastián o Mérida.
-Un aficionado me dijo en una ocasión que Finito de Córdoba es torero de rabos o de broncas. De estas últimas hubo varias en la pasada feria de Mayo en Córdoba.
-Lo de Córdoba no ha salido bien, la gente se ha enfadado conmigo. Llevo muchos años haciendo el paseíllo en esta plaza, llevando el peso de la feria y tirando del carro en la ciudad. Todo eso pesa mucho y cuando un toro no te embiste, abrevias y te lo quitas de en medio pronto, viene la bronca. Yo asumo eso en mi tierra y en cualquier otro sitio. Sin embargo, lo que me pareció muy injusto es que no quisieran ver los quince o veinte naturales que le pegué al segundo toro del primer día o al primero de la segunda tarde. O que después de una faena en la que tenía la oreja ganada y que por pinchar cuatro o cinco veces me peguen una bronca. Me parece indignante. La segunda tarde de Córdoba, mis compañeros de cartel [El Cid y Castella] también pincharon, pero se nos midió de manera distinta.
-¿Ha sido la temporada del divorcio de Finito de Córdoba y la plaza de Los Califas?
-No, para nada. Divorcio nunca. Estoy seguro de que, cuando llegue a Córdoba y me embista un toro, todo el mundo se va a poner de acuerdo.
-Y la tarde de Málaga, donde escuchó los tres avisos...
-Creo que fue la tarde en la que he tenido más sensaciones bonitas de toda la temporada. Me echaron un toro al corral, llegué al hotel, reflexioné, me llamó mucha gente y me dejaron muchos mensajes. Pero, a la una o las dos de la madrugada puse la televisión y vi un reportaje sobre el accidente aéreo de Barajas. En ese momento pensé que, si tenía salud y con lo que había pasado en Madrid, lo mío no tenía ninguna importancia. Te das cuenta de que la mayor riqueza es la salud y estar bien con la gente que te rodea.
-Y de Málaga a Constantina a indultar un toro y luego a Cuenca...
-Con lo de Cuenca, la prensa llevaba tres meses hablando del cartel de esa tarde, con José Tomás y Miguel Ángel Perera, y se llegó a decir que yo era el «relleno» del cartel. Me pareció una falta de respeto, no soy «relleno» de nada. Soy torero y creo que algo he demostrado en estos veinte años en los ruedos. Esa tarde me entretuve en cortar tres orejas y en darle la vuelta a las especulaciones. En cuestión de unos días las cosas cambiaron, y a la gente se le olvidó lo de Málaga. En una semana paso de pensar que debía retirarme a que había vuelto a demostrar que estoy ahí. Ésa es mi satisfacción.
-¿Piensa en la retirada?
-No porque me siento torero. A día de hoy, me resultaría complicado pensar en tomarme un descanso. Retirada nunca, sería muy triste cortarme el añadido. Y, de momento, tomarme un descanso no está en mis planes. Llevó unos días tentando en el campo, soy muy feliz con mi familia y mis amigos y esa felicidad tengo que compartirla con el capote y la muleta. Necesito torear de salón, vestirme de luces para estar bien. Cuando sea incapaz de cuajar un toro que salga bueno, y que eso sea una constante, será el momento de pensar en eso.
-¿Es Finito de Córdoba un torero conformista?
-Creo que he demostrado que cuando he querido algo lo he conseguido. Lo que pasa es que querer todos los días no entra en mi mente. Hay un contrapunto, porque, si quiero, puedo, pero es que para mí es imposible querer todos los días. Creo que voy a mi aire.
-Este año ha compartido varias tardes cartel con José Tomás, entre otras cuestiones porque él pide un torero por delante.
-Me satisface mucho compartir cartel con él, porque es un torero grandioso. Anunciarte con él es bonito, ya sabes que se va a colgar el cartel de «no hay billetes», las corridas tienen una cierta garantía y la gente va predispuesta al triunfo de los toreros. Sin embargo, también es más difícil triunfar con él, porque la gente va con ganas de verle a él y es más complicado que se ponga de tu parte.
-¿Cuál es el planteamiento para la próxima temporada?
-Parecido al de este año. Todo puede cambiar si cuajas un toro al principio de temporada en Valencia o en Sevilla. Pero creo que vamos a mantener el ritmo de esta campaña. De todas formas se va a torear menos, por el momento que se atraviesa. Este año se han celebrado ciento cincuenta festejos menos que en 2007 y las previsiones dicen que va a seguir bajando.

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