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El grupo anti AVE vuelve a marcar un objetivo y declina condenar a ETA

Convoca una concentración ante la adjudicataria de la obra Ferrallados Basconia, como antes hizo con la empresa de Uría

El grupo anti AVE vuelve a marcar un objetivo y declina condenar a ETA

La plataforma AHT-Gelditu, contraria al AVE vasco, vuelve a poner en el punto de mira de ETA a las empresas que participan en las obras, al convocar para hoy una concentración ante la sede que la constructora Ferrallados Basconia, S.L. tiene en el municipio vizcaíno de Basauri. Y lo hace después de que ayer se negara, por segunda vez, a condenar el asesinato de Ignacio Uría, ya que se limitó a «desmarcarse» del crimen: hablando en plata, «nosotros no hemos sido».

Cumplido el trámite, Gelditu vuelve a las andanadas y ha convocado para este mediodía a sus seguidores para que se aposten frente a la sede que la empresa adjudicataria Ferrallados Baskonia, S.L. tiene en Basauri. El llamamiento se ha realizado a través de carteles colocados en el pueblo, en los que se puede leer, en euskera, «pararemos a los enemigos de la madre tierra».

También opositores al AVE vasco apuntaron con su dedo cómplice a la constructora Amenábar, y ETA atentó después contra sus bienes. Y señalaron a Altuna y Uría, circunstancia que fue aprovechada por la banda terrorista para asesinar a uno de sus copropoietarios, Ignacio Uría.

¿Cómo entonces AHT iba a condenar este crimen? Lo de ayer, el anuncio de que se «desmarca» del asesinato de Uría, ha sido una perversa argucia para evitar que las tímidas críticas que había suscitado entre algunos integrantes de la plataforma acaben por desbordarle si la organización criminal provoca nuevas víctimas mortales relacionadas con la construcción del AVE vasco. Y, quién sabe, si para evitar también que la Justicia caiga sobre los responsables cómplices de Gelditu. La coordinadora Lurraldea, también de Batasuna, contraria al trazado oficial de la autovía de Leizarán, al menos osó «reprobar» la irrupción de ETA en aquel conflicto.

Así pues, los portavoces Mila Elorza y Josu Gil explicaron que el atentado contra Uría «ha sido un salto inesperado», que «ha creado conmoción» en la plataforma. «Conmoción» fue también la palabra usada por Otegi para describir cómo había sido acogida en la «izquierda abertzale» la salvajada de la T-4 en pleno «proceso de paz», evitando la condena. ¿Siguen el mismo manual de estilo?

El caso es que los portavoces de Gelditu refrendaron los métodos de lucha utilizados hasta ahora, que buscan «socializar las consecuencias de este proyecto destructor y su carácter impositivo; impulsar la movilización, la desobediencia civil, las consultas populares y la oposición desde las instituciones municipales», las de ANV. «Desde el momento en el que nos reafirmamos en estos métodos, nos desmarcamos del atentado de Azpeitia y queda muy claro que el camino que empleamos busca la participación social más amplia posible por vías meramente pacíficas». Coherentes con este «pacifismo», miembros de Gelditu intimidaron ayer a las personas que acudían al ayuntamiento de Iurreta, en Vizcaya, para firmar las actas de expropiación de terrenos del AVE vasco, que tuvieron que ser protegidas por la Ertzaintza.

Seguimiento a niños

Por otra parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó ayer que los integrantes del «comando» desmantelado esta semana en Guipúzcoa habían vigilado movimientos de guardias civiles en Guipúzcoa. Precisó que dos de ellos fueron seguidos cuando llevaban a sus hijos al colegio. Además, habían suministrado al ordenador de «Thierry» datos sobre ertzainas, un policía nacional de Bilbao y políticos del PP vasco.

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