Una Miss Mundo cibernética
Un auténtico enjambre de fans y periodistas esperaban ayer en el aeropuerto moscovita de Domodiédovo a Ksenia Sujínova, coronada el pasado sábado en Johannesburgo como Miss Mundo 2008. Nada más aparecer en la terminal, Ksenia, que llevaba puesta la corona y un traje de noche, fue agasajada con decenas de ramos de flores. Ni las horas de vuelo, ni el brusco cambio de clima hicieron mella en su angelical rostro.
Se trasladó después a la sede de la agencia ITAR-TASS, donde ofreció su primera rueda de prensa en suelo ruso. «Lo que más deseo es ver a mi madre, a mi familia y la nieve», fueron sus primeras palabras. Sujínova nació hace 21 años en Nizhnevártovsk (Siberia), la zona petrolera más importante de Rusia, pero vive y estudia en la ciudad siberiana de Tiumén, en donde obtuvo su primer título de belleza hace tres años. Luego fue proclamada Miss Rusia en 2007. «El haber obtenido este título no cambia mis planes, pienso terminar mis estudios y ser ingeniera», aseguró. La reina mundial de la belleza está ya en quinto curso de la Universidad Estatal de Petróleo y Gas de Tiumén. Su especialidad son los «sistemas cibernéticos» y, según sus profesores, es un área muy difícil, en el que, no obstante, obtiene muy buenas calificaciones.
La joven reveló ayer que el secreto de su éxito en Miss Mundo es la práctica del deporte. «Me dedico con regularidad al biatlón y la gimnasia». «Hace tan sólo tres años, ni se me pasó por la cabeza que iba a participar en concursos de belleza», reconoció. Ksenia dice que la mayor dificultad que tuvo que afrontar durante la fase final del concurso fue tener que definir la diferencia que hay entre mujer y hombre. «Me quedé en suspenso unos segundos, pero me vino enseguida la respuesta a la cabeza. Les dije que los hombres marchan hacia sus objetivos por el camino más corto mientras nosotras lo hacemos en zigzag».
Miss Mundo 2008 admite que tuvo unas adversarias de gran nivel y que aprendió mucho en la competición. «Los concursos de belleza son una auténtica escuela de la vida».
Sujínova se quejó de la imagen negativa de Rusia en el mundo. «Nos pintan como personas con la estaca preparada, pero yo quisiera ser para mi país un símbolo, no sólo de belleza, sino también de amistad y bondad». La joven rusa no sabe todavía en qué se va a gastar el dinero del premio y anuncia que nadie ha conquistado todavía su corazón. Le gusta la literatura, su escritor preferido es Mijaíl Bulgákov, y la música de Sting y Madonna.
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