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Las TV públicas alemanas rechazan a un terrorista

Las TV públicas alemanas rechazan a un terrorista

ARD y ZDF anunciaron ayer que no ofrecerán su tribuna a un ex reo convicto de nueve asesinatos y que nunca se ha arrepentido, no se ha disculpado con las familias, ni ha cooperado con la Policía en la resolución de los últimos crímenes de la banda de izquierda revolucionaria Fracción del Ejército Rojo (RAF).

Christian Klar era el último cabecilla de la RAF entre rejas y saldrá para cumplir otros cinco años en libertad condicional, el próximo 3 de enero, tras penar 26 años en la prisión de Bruchsal. Las principales cadenas públicas alemanas han dispuesto que la cuestión sea tratada con el máximo de sensibilidad y, según adelantaba ayer el diario «Bild», los responsables de la segunda red estatal (ZDF) han distribuído una nota en su redacción alertando contra la tentación de emplear sus cámaras para intentar alguna exclusiva periodística o invitar al terrorista a sus platós.

La misma línea ha adoptado la primera cadena de televisión, la ARD, y sus responsables han expresado la voluntad de informar con la mayor sensibilidad sobre la liberación del terrorista, a quien también negarán cualquier tipo de foro para que pueda expresarse. Hasta su disolución en 1998, la RAF dejó 30 víctimas mortales y numerosos heridos, además de un país conmocionado por el proclamado intento de destruir el sistema democrático de la RFA.

Cautela y sensibilidad

El portavoz Alexander Stock, en nombre de la ZDF, rechazó que el mensaje a las redacciones deba ser entendido como «una prohibición», calificándolo como «un llamamiento» a sus trabajadores a que traten este tema «con especial cautela y sensibilidad».

El representante liberal en el consejo de la ZDF, Rainer Brüderle, se felicitó de la posición, «por mero respeto a las víctimas y sus familias un terrorista como éste no puede obtener ningún foro» de atención, «en tanto no muestre un arrepentimiento y siga silenciando datos». El vicepresidente liberal invitó a los canales privados a seguir el ejemplo.

Último baluarte

Christian Klar, de 56 años, es considerado el último jefe de la llamada segunda generación de esta banda, asociada a dos nombres célebres de la guerrilla urbana de los 70, Andreas Baader y Ulrike Meinhof.

Con su conmilitona Brigitte Mohnhaupt, también recién puesta en libertad tras 24 años, estuvieron implicados en los más destacados atentados de la banda tras el suicidio del grupo original, desatando la etapa más sangrienta de la RAF. Son responsables de los asesinatos del presidente de la patronal, Hanns Martin Schleyer, del fiscal federal Siegfried Buback y del banquero Jürgen Ponto. Klar fue detenido en noviembre de 1982 y condenado en abril de 1985. Dado su silencio obstaculizador del proceso, él, Mohnhaupt y otros compañeros fueron finalmente condenados a varias penas de cadena perpetua, adjudicándoles la plena responsabilidad por nueve asesinatos, además de otros once intentos de asesinato y otras penas menores. Una de las polémicas a la salida de la cárcel de Klar es ya si recibirá la ayuda social para desempleados o la invitación del controvertido director del Berliner Ensemble, Claus Peymann, para ofrecerle un puesto en su equipo.

Aunque la RAF perdió vertiginosamente su original leyenda juvenil cuando empezó a hacer correr la sangre, la citada resolución judicial y la suerte de condena al por mayor no han consitutído un punto final adecuado al fenómeno que conmocionó a toda una generación de alemanes.

En días pasados, los compañeros de prisión de Klar han escrito a la opinión pública, recusando un trato favorable para el ex revolucionario, «según los argumentos de la ministra, tendría que soltar de aquí a una buena docena de condenados»; también ridiculizan un reivindicado «compromiso social», de que «los más débiles aquí» no habrían tenido la menor prueba.

Difícil de olvidar

Pese a la recuperada normalidad, 30 años después el caso-RAF dista de haber sido sepultado. En las últimas semanas, un nuevo libro del hijo del fiscal Buback, y la nueva película «Das RAF Komplex» reflejan también los errores de las autoridades fiscales y policiales, que condujeron sea al desesperado suicidio de los dirigentes de la banda, como a que la familia de Buback siga pensando que la terrorista Verena Becker fue la ejecutora del fiscal y que los informes desaparecieron.

También el hermano de la terrorista Susanne Albrecht le ha reprochado públicamente, en días pasados, su «traición» a la familia y falta de sentimientos de contricción. De una conocida familia de juristas amigos del banquero Ponto, Albrecht traicionó la amistad y confianza introduciendo en su casa Klar y a Mohnhaupt, con resultado de asesinato. Albrecht es maestra actualemnte en Bremen.

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