Recuperados un millar de documentos de Alcalá-Zamora robados en la Guerra Civil

Las investigaciones comenzaron cuando llegó a la Guardia Civil una información según la cual un empresario valenciano quería vender una serie de documentos sobre Niceto Alcalá-Zamora que, según decía, tenían un importante valor histórico. Los agentes se pusieron en contacto con la nieta del político, quien les confirmó que, en efecto, se había producido el robo de ese material durante la Guerra Civil.

La cita

El Grupo de Patrimonio descubrió que a principicios de esta semana, en un bar próximo al Ayuntamiento de Valencia, se iba a producir una cita entre el empresario y un historiador interesado en los documentos. Por ello, se montó un dispositivo de vigilancia. En efecto, llegó al local el poseedor del material que portaba un maletín. Pocos segundos después los agentes intervinieron.

Los primeros análisis demostraron que se trataba de un millar de documentos que habían sido sustraídos entre 1936 y 1937, ya en plena Guerra Civil, de la caja de seguridad que Niceto Alcalá-Zamora tenía en la sucursal de Madrid del banco Crédit Lyonnais. Precisamente, el nombre de esa entidad bancaria francesa dio pie a que la operación se bautizara con el nombre de «León».

El que fuera presidente de la II República llegó a acusar a Manuel Azaña de ser el inspirador de esos robos. Alcalá-Zamora también habla de esos hechos en las memorias que redactó en el exilio, en las que advertía que tenía que reescribirlas a partir sólo de sus recuerdos, porque las originales, manuscritas, y mucha documentación le habían sido sustraídas en el citado episodio.

Por tanto, sólo el hallazgo de ese manuscrito ya tiene una importancia enorme, pero los agentes de la UCO comprobaron que había otro tipo de material, igualmente muy valioso. En concreto, el maletín contenía las agendas personales de Alcalá-Zamora en las que recoge su acción de gobierno y sus actividades; correspondencia con otros líderes políticos como Manuel Azaña; discursos y conferencias, e informes sobre la Revolución de Asturias, entre otros.

Como dato curioso, señalar que entre los documentos está una conferencia que impartió en 1931 en el Ateneo de Valencia y el menú que se sirvió en su honor con esa ocasión: entrantes, langostinos, arroz, carrillera de lechal y turrón. Además, está su testamento en el que lega sus memorias y demás pertenencias que están en la caja de seguridad a su familia para que fuera ella quien decidiese si debían publicarse. En caso de enfrentamiento, era la mujer del político quien tendría el voto de calidad.

El empresario explicó a los investigadores que ese material había llegado hasta sus manos a través de las herencias de sus antepasados y que si ahora lo quería vender era por problemas económicos.

Todo el material será entregado al Ministerio de Cultura. No obstante, será el juez quien decida qué parte debe ser devuelta a la familia y cuál debe engrosar el Patrimonio del Estado. De momento, su pueblo natal, Priego (Córdoba), ya lo reclama para que engrose los fondos del museo que el presidente republicano tiene allí.