El guitarrista Dimebag Darrell recibe un sonoro homenaje en Madrid

La banda Vertebral ha sido la encargada de hacer realidad el evento homenaje a Darrell. «El objetivo principal es rendir un homenaje lo más fiel posible al estilo de Pantera, hacer que el público que no pudo ver jamás en directo a los tejanos pueda revivir esos inolvidables momentos que proporcionaba el grupo en vivo. Y para los auténticos seguidores de la banda, tener el detalle de tocar, no sólo todos los clásicos de la banda, sino aquellos temas que nunca pudieron escucharse en sus directos».

Para esta ocasión, Vertebral se ha rodeado de cuatro de las mejores bandas underground madrileñas del momento: Cyanide, Hell’s Fire, Blacklist y Room. Estas bandas están pasando por sus mejores momentos en la actualidad, con la experiencia de muchísimos conciertos a sus espaldas, y la grabación de discos que están empezando a dar qué hablar. Todas ellas reúnen las características e influencias del Thrash Metal de los 90, con influencias evidentes que van desde Pantera, Metallica y Megadeth, hasta grupos más actuales como Soilwork, Lambo of God o Chimaira.

La segunda edición del festival empezó pasadas las 21:00 horas de la noche, cuando el grupo Cyanide hizo su aparición. Con un sonido híbrido entre el thrash metal más primitivo conjugado con su sonido más actual, el grupo cosechó una buena actuación, demostrando que en nuestro país también se puede hacer muy buen metal sureño. Después llegó el turno de Hell’s Fire y Blacklist, estos últimos encargados de presentar al público su thrash metal renovado y dinámico, con influencia de los clásicos de los 80 y de las nuevas corrientes del New School Europeo.

Poco después de las 22:45 horas de la noche, Vertebral apareció para darle un poquito más de metal al festival. El vocalista demostró su buen estado de forma y ofreció una actuación de altura. Vertebral, uno de los grupos más esperados de la noche, hizo entrar en calor a sus fans con esa mezcla de metal gótico a la vez que sureño, en el que destacaba el virtuosismo de cada miembro, la envolvente voz de Juanjo, la velocidad a las seis cuerdas de Sobry, la rabia y la clase al bajo de Jomer y la potencia de la batería de David. Espectacular sonido y ejecución para una desconocida banda que por calidad merece ir escalando posiciones. Las vertiginosas versiones de Pantera, “I'm Broken” o “Sanblasted Skin” exaltaban la euforia del público y terminaban de convencer de la calidad de la banda organizadora del evento. Al final, fieles y novatos coincidieron en vitorear tan tremenda actuación.

Para acabar el festival, pasada la medianoche, los chicos de Room desplegaron heavy metal en estado puro. Con muchas ganas y gran profesionalidad, el grupo conectó desde el principio con el público.

En resumen, un festival sin un cabeza de cartel claro, lleno de grupos muy buenos, sin unos Maiden que despuntaran, pero que hizo las delicias de todos los asistentes. Un sobresaliente para la organización que han intentado mantener por todos los medios el espíritu del festival, consiguiendo que nadie se fuera decepcionado. Ahora, sólo queda volver a empezar y trabajar en la organización del festival del próximo año.