CLÁSICA
Grandes voces
Obras de Haendel. Int.: Joyce Didonato, mezzosoprano. Les Talens Lyriques. Dir.: Christophe Rousset. Lugar: Teatro Real. Fecha: 3-12-08
ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE
Se puede tomar el camino que se quiera, puestos a marchar por la pletórica programación que esta temporada tiene el Teatro Real. Al final siempre habrá cruces inevitables. Por ejemplo, da igual que se siga el ciclo Haendel, organizado con motivo del inminente 250º aniversario de su muerte, o se prefiera ser fiel a las «Grandes voces» que por ahora patrocina la Fundación Caja Madrid. El encuentro de ambos se llama Joyce DiDonato en gira con su recital «Furore!» y Les Talens Lyriques de Christophe Rousset.
En realidad, la mezzoprano americana trae con ella el disco recientemente publicado dedicado a arias de óperas del autor del «Mesías» y del que su último recital hasido una muestra en vivo. Se trata de un tipo de mercadotecnia muy ensayada en otras músicas, ahora en ruina inminente dado el actual fracaso de los conciertos de promoción. No sucede así en la música culta que día a día incrementa su audiencia, como bien demuestran varios estudios y niegan los medios de comunicación. Es la paradoja de un tiempo en crisis que asoma con mil caras.
Otra de ellas es la del estilo acomodadizo, a la postre una trampa que lleva, por ejemplo, a una cantante DiDonato a desperdiciar su potencial artístico forzando su repertorio hacia un dramatismo que la voz no tiene y al lado de unos instrumentistas que toman a Haendel por las hojas. Los de Rousset son una orquesta exquisita, cristalina, a la que importa el momento antes que el discurso general, que prefiere realzar lo melódico, quedarse en la superficie y desaprovechar la tensión armónica o el cimiento de un bajo bien armado. Lo cual produce alguna curiosa inversión de valores, especialmente en danzas como la chacona en la que el pie deja de sujetar. De ahí que la ovación que habitualmente implica estos recitales se quedara en un entusiasmo suficiente, afín a una artista que sin alcanzar la exquisitez vocal deja al oído embelesado, modula la voz con certera voluntad expresiva, vive el drama con musicalidad, entrega, buen gusto e intensidad. De la mano doliente de «Scherza infida» quedó lo mejor de alguien con materia para decir otras muchas e interesantes cosas.