El PP exige a Tardà que renuncie a su escaño tras gritar «¡muera el Borbón!»
El diputado Joan Tardà, de Esquerra Republicana, ha pasado en pocas semanas de exigir que el Rey pida «perdón» a las víctimas del franquismo a gritar en un acto público «¡muera el Borbón!». Tardà, conocido en el Congreso por sus obsesiones (sobre todo tiene dos, la Monarquía y Manuel Fraga) y su peculiar estilo de hacer política (a veces confunde el Parlamento con la barra de un bar), consiguió provocar una oleada de críticas por su exabrupto verbal. Los populares exigieron su renuncia al escaño en las Cortes y pidieron a la Fiscalía que investigue si sus palabras contra Don Juan Carlos son delictivas o no.
Las palabras del diputado Tardá se produjeron durante el transcurso del «funeral» de la Constitución que escenificaron las Juventudes de Esquerra Republicana (JERC). Por las calles del Casco Viejo barcelonés, al paso del redoble de tambores y desfilando con antorchas y banderas independentistas, no más de una cincuentena de jóvenes componían el séquito que transportaba un ataúd que simbolizaba la Constitución española. Las juventudes republicanas desfilaron disfrazadas de plañideras, jueces, toreros y curas. Al llegar a la céntrica plaza de los Ángeles, quemaron el féretro.
Previamente, Tardà, ejerciendo de maestro de ceremonias y flanqueado por los miembros de las JERC, se despachó no sólo con la monarquía, sino también contra Manuel Fraga, «que tiene las manos manchadas de sangre»; José Bono, «un caradura sinvergüenza», o el Tribunal Constitucional, «un órgano corrupto». Como colofón, y visiblemente exaltado, gritó eso de «¡viva la República, muera el Borbón!».
«Sorprendido» por la polémica y fingiéndose ajeno a la repercusión que iban a tener sus palabras -pese a tratarse de un diputado que participaba en un acto público-, Tardà aseguraba ayer en un comunicado que la expresión «muerte al Borbón» es una crítica a la Monarquía «como institución» y que él nunca ha «deseado la muerte de nadie».
En la misma nota de prensa en la que se defiende de las críticas recibidas por buena parte de la clase política, Tardà asegura que «muerte al Borbón» «se tiene que contextualizar en la historia de Cataluña con lo que ha sido siempre un grito que conmemora la Guerra de Sucesión y los hechos de 1714», en que Barcelona se rindió a las tropas de Felipe V.
La culpa, de los medios
«Esta expresión se refiere a una crítica a la monarquía como institución, en ningún caso se tiene que interpretar dirigida a una persona física», puntualiza en el comunicado. Añade que nunca ha «deseado la muerte de nadie» y que su «larga experiencia política, siempre en el marco de los valores democráticos y de progreso, así lo avala».
Lejos de asumir su responsabilidad, no dudó, además, en cargar la responsabilidad de la repercusión de sus palabras en los medios de comunicación, que, según él, «vuelven a aprovechar la ocasión para sesgar y descontextualizar unas palabras con el único objetivo de criminalizar determinadas opciones políticas», indica Tardà.
Sin embargo, y pese a los intentos del diputado nacionalista de restar importancia al asunto y echar balones fuera, hay quienes más allá de calificar de «irresponsabilidad» las palabras de Tardà -así lo han hecho los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Javier Rojo, respectivamente-, han pedido al diputado que abandone su escaño. Es el caso del PP, cuyo presidente en Cataluña, Alberto Fernández ha reclamado, además, que la Fiscalía estudie la posibilidad de abrir una investigación penal. «Hay actos de ERC que tienen una estética más parecida a Batasuna que a una fuerza política democrática», sostuvo.
Para el secretario general del Grupo Popular en el Congreso, José Luis Ayllón, las palabras de Tardà están «absolutamente fuera de lugar» y debe dimitir. Lo explicó de una manera muy gráfica: «Si en España los políticos estuviéramos sometidos como el conjunto de los conductores al carné por puntos, tanto Pedro Casto (presidente de la FEMP), como Tardà habrían perdido de golpe todos los puntos del carné».
El PSOE guardó un escrupuloso silencio. No emitió ninguna nota y cuando se requirió la opinión de un dirigente la respuesta fue negativa. A título personal sí habló el diputado Rafael Simancas, que tachó de «barbaridad» la referencia al Rey y añadió que es «absolutamente intolerable la descalificación que Tardà ha hecho de los miembros del Tribunal Constitucional». «Esto rompe las reglas del juego», señaló. También la portavoz adjunta socialista en el Senado, Ruth Porta, calificó de «inapropiadas» las palabras de Tardà, pero cree que las dimisiones se piden «por hechos».
Fuentes jurídicas consultadas por ABC señalaron que las declaraciones de Tardà tienen un difícil encaje penal. Primero, porque se podría considerar que entran dentro del ámbito de la libertad de expresión, y segundo, porque para que pudiera hablarse de un delito de provocación, conspiración o proposición para cometer cualquiera de las conductas descritas en el capítulo II del Código Penal, en el de los delitos contra la Corona, sería preciso «algo más» que la simple manifestación de un pensamiento. En este sentido, el artículo 488 de esta legislación estaría previsto para aquellos casos en los que existe algún plan, más o menos elaborado, para acabar con la vida del Rey.
Probable impunidad
Por este motivo, y al no tratarse tampoco de un delito de injurias a la Corona, como sí lo es la quema de fotos o lo serían insultos a Don Juan Carlos o a cualquier otro miembro de la Familia Real, lo más probable es que la soflama «muerte al Borbón» quede impune, sostienen las fuentes antes citadas.
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