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El Ejército mexicano pierde unos 150.000 soldados por deserciones en ocho años

El Ministerio de Defensa advierte que miembros de unidades de élite se pasan al «narco»

El Ejército mexicano pierde unos 150.000 soldados por deserciones en ocho años

Unos 18.000 soldados abandonaron sin despedirse las filas del Ejército mexicano durante 2008, con lo que el número de deserciones se eleva a 150.000 en los últimos 8 años, según un informe que las propias Fuerzas Armadas entregaron a la Cámara de Diputados. El Ministerio de la Defensa Nacional (Sedena) advierte en un informe interno sobre la «degradación» del estamento militar -compuesto en México por 250.000 hombrs en activo- y la falta de atención a demandas fundamentales para el funcionamiento castrense.

De los 18.000 desertores, unos 1.500 pertenecieron a los Grupos Aeromóviles y a los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales. Y parte de ellos se habrían incorporado a las mafias del crimen organizado. Entre las razones para estos masivos abandonos, la Sedena señala la lentitud en el sistema de ascensos, al ser en el escalafón bajo (soldados, cabos y sargentos segundos) donde se registra el mayor número de deserciones. Un soldado raso tiene un salario mensual de unos 400 euros.

Aun así, en un documento de 2007 la Sedena destacaba que «la moral de las tropas se ha fortalecido mediante diversas medidas de carácter económico, familiar y de desarrollo profesional» que habrían permitido «la disminución en un 10 por ciento en el índice de deserciones». Pero quien fuera secretario particular del presidente Felipe Calderón, César Nava, reconoce que las Fuerzas Armadas están muy «exigidas», con «poca reciprocidad por parte del Estado».

13 jóvenes ejecutados

El diario «El Universal» se preguntaba: «¿Qué hacen en las calles 150.000 personas entrenadas para matar?». Y añadía: «En su condición de prófugos, tienen dos opciones: la seguridad privada o la delincuencia». Sin embargo, el Sistema Nacional de Seguridad Pública carece de detalles del personal que ha desertado, lo que impide que las autoridades detecten a quienes abandonaron la milicia y pretenden incorporarse a un cuerpo policial.Un porcentaje de esos antiguos soldados están «en la más sanguinaria organización en la historia reciente del país: Los Zetas», sicarios al servicio del cártel del Golfo que ahora operan descontroladamente y por cuenta propia.

Por otra parte, las autoridades del estado de Sinaloa encontraron ayer los cadáveres de 13 jóvenes maniatados y boca abajo en una carretera secundaria de la localidad de San Ignacio, víctimas presuntamente de un ajuste de cuentas. El cartel de Sinaloa es uno de los más activos del país,

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