Centenario de Vicente Barrera

03/12/2008 a las 09:28h.

El Museo Taurino de la Diputación de Valencia inaugura hoy en el Centro Cultural La Beneficencia la exposición «Vicente Barrera, un torero para la historia», con motivo del centenario de su nacimiento.

Vicente Barrera y Cambra ha sido el torero valenciano más importante de la historia hasta el advenimiento de Enrique Ponce en la década de los noventa. Un nieto suyo, Vicente Barrera Simó, ha sido matador de toros de ferias desde la mitad de esta última década hasta primeros del presente siglo. Del primer Vicente Barrera se cumplen mañana cien años de su nacimiento, pues nació en Valencia el 4 diciembre de 1908 (según otras fuentes el día 24). Se presentó como novillero en Madrid el 14 de mayo de 1927, sin haber cumplido los 19 años, alternando con Carratalá y Susoni, en la lidia de novillos de Antonio Flores. El 31 de julio sufrió en Málaga una cornada grave. Llevaba entonces toreados ese año 43 festejos menores. No reapareció hasta el mismo día de la alternativa, ocurrida en Valencia el 17 de septiembre, de manos de Juan Belmonte, que le cedió un toro de Concha y Sierra en presencia de Pepe Belmonte.

El 24 de mayo de 1928, Chicuelo se la confirmó en Madrid, cediéndole un toro de Graciliano Pérez-Tabernero, en presencia de Cagancho. Desde entonces se erigió en primera figura, en plena Edad de Plata de la Fiesta. La tarde de su refrendo doctoral realizó su padrino la célebre faena al toro «Corchaíto», que abrió las puertas al toreo de ligazón contemporáneo.

Barrera, en los comienzos de los años 30, fue considerado por muchos como el cuarto as de una baraja taurina formada por Marcial Lalanda, Manolo Bienvenida y Domingo Ortega. César Jalón «Clarito» quiso reunir al cuarteto en una corrida de la Asociación de la Prensa. Además compitió con los referidos Chicuelo y Cagancho, Armillita, Niño de la Palma, Félix Rodríguez, Curro Puya, Antonio Márquez, La Serna, Garza... Barrera se mantuvo en primera línea hasta 1935 y, según «Don Ventura», toreó una media de más de 60 corridas por temporada. Actuó en varios países sudamericanos y como anécdota habrá que decir que no pisó la Maestranza de Sevilla por propia voluntad ni mató una sola corrida de Miura.

Retirada

Después de la Guerra Civil toreó hasta 1942, reapareció en 1944 y se retiró en 1945 tras actuar en mayo en Barcelona en su tercera corrida de ese año. Murió en su Valencia natal el 11 de diciembre de 1956, con 48 años.

Fue un torero poderoso. Según el citado «Don Ventura»: «Con una movilidad incesante, más que dominaba mareaba a los toros. Jamás se vio aperreado con un toro». A la hora de matar señalaba un pinchazo hasta su seguro descabello, suerte de la que fue rey. Suplía con un gran valor en la lidia los nervios que derrochaba en el patio de cuadrillas, siendo famosos los vómitos que le provocaba la tensión.

Ahora, con esta muestra, que estará expuesta hasta el 15 de febrero con la colaboración de su familia, se pretende rendir tributo a Vicente Barrera. La exposición, según informa Efe, se organiza en tres apartados: «Un retrato íntimo», en el que se exhiben imágenes y documentos de la vida personal y familiar del matador; «Barrera en la memoria», en la que se incluyen materiales relativos a la importancia del torero valenciano, y «El maestro en los ruedos», una visión de su trayectoria profesional.

El visitante también podrá contemplar algunos objetos íntimos del torero, como sus documentos de identidad; pinturas y obras de importantes artistas valencianos de la época con los que Barrera tuvo una estrecha relación, como Carlos Ruano Llopis, Roberto Domingo o Mariano Benlliure. Por último, el visitante podrá contemplar el primer vestido de torear que Vicente Barrera pudo adquirir con sus propios ingresos.