Mercedes Cabrera atribuye también al franquismo la violencia contra las mujeres

03/12/2008 a las 10:30h.

La ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, aseguró ayer que la violencia contra las mujeres que actualmente se registra en España «guarda una estrecha relación con la herencia de un pasado en el que no éramos ciudadanas de pleno derecho», en referencia a la época franquista. Durante la inauguración de las jornadas «Las mujeres bajo la dictadura franquista», organizadas por la Fundación Pablo Iglesias, la ministra afirmó, como historiadora de profesión, que «una reflexión histórica de esta cuestión, sobre ese pasado en el que los hombres de nuestras familias, nuestros padres o nuestros esposos decidían por nosotras, seguramente nos permita también decir cosas sobre un problema de hoy como es el de la violencia contra las mujeres».

Estas reflexiones de la ministra se producen en plena polémica por el crimen machista de Pontevedra. Sobre este caso se sabe que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias tomará declaración en los próximos días al funcionario de la Unidad de Vigilancia Electrónica que no detectó a las 16:36 horas del pasado sábado que Maximino Couto, el preso de permiso que asesinó a su novia, se había quitado el dispositivo GPS por el que era controlado para evitar que pudiera dirigirse a la casa de su ex mujer, cosa que en efecto hizo. Por fortuna no la encontró en la vivienda, aunque sí hirió a dos vecinos y a un policía.

Por ahora, Prisiones no tienen elementos para afirmar si el funcionario cometió un fallo humano explicable por alguna circunstancia o, simplemente, su actuación fue negligente. «Hay que evitar la caza de brujas, el buscar un chivo expiatorio», dijeron fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas por ABC. En cualquier caso, lo que sí es evidente es que el dispositivo electrónico de control no hubiera podido evitar el crimen cometido.

En estas circunstancias, el principal interés de Prisiones es conocer exactamente qué pasó para que el funcionario no detectara la alarma que indicaba que el recluso de permiso se había quitado el dispositivo. De la respuesta a esa pregunta dependerá que haya que modificar algunos aspectos de este sistema de control, sin duda el más preciso de los que existen.

El artilugio en cuestión está compuesto por dos elementos: una tobillera y una especie de «walkie-talkie» que se coloca por la espalda, sujeto por el cinturón del pantalón. Se trata de un sistema GPS que en este caso se configuró de forma que avisara si el preso se introducía en un radio de dos dos kilómetros a la redonda de la casa de la vivienda de su mujer, que era la persona que en principio corría más riesgo con la salida de prisión de Couto y de la que éste tenía en vigor una orden de alejamiento.

Con estos dispositivos pueden suceder dos cosas: que el interno entre en esa zona, y entonces el sistema hubiera enviado un fax a la Unidad Central de Vigilancia con dispositivo acústico incluido, o que como sucedió el implicado se lo quite. En ese caso, en una pantalla de televisión en la que figuran todos los internos que están llevando el artilugio sale una señal en rojo, lo que obliga a hacer las comprobaciones oportunas. El sábado, el único funcionario de guardia no lo hizo. «A veces, el sistema envía alertas porque el GPS no tiene cobertura y a los pocos minutos cesa la alarma porque se restablece la señal», dicen las fuentes consultadas. Además, hay otro dato que pudo influir: el dispositivo estaba configurado para funcionar sólo hasta las seis de la tarde de ese día, ya que después el interno debía reingresar en prisión.

El pasado sábado sólo cuatro presos llevaban el GPS. No obstante, desde la misma sala se controlaba a otros 17 que tienen un dispositivo permanente de control de voz.

El sindicato Acaip aseguró por su parte que el funcionario «no disponía de formación específica» sobre el uso del sistema y que «tuvo que rearmarlo hasta tres veces» por fallos del mismo. Denunció además que de los siete destinados a la Unidad de Vigilancia Electrónica sólo tres tienen la preparación necesaria.