Si ayer La Fura dels Baus aplaudía en estas páginas la elección de Gerard Mortier como nuevo director artístico del Teatro Real a partir de 2010, hoy Plácido Domingo se muestra un poco más prudente.
Con el máximo respeto, pero con una claridad meridiana, Domingo afirmó ayer en el Vaticano que «Mortier es un hombre de teatro de siempre. Le conocí en Hamburgo, después en París, después en Salzburgo y nuevamente en París». Según Domingo, Mortier «es un gran hombre de teatro y tiene ideas brillantes, pero para tener éxito en Madrid tendrá que cambiar muchas de sus ideas en algún momento».
El tenor español añadió que «el Teatro Real ha tenido hasta ahora una vida muy feliz. Y yo he colaborado con los dos últimos directores. La verdad es que el teatro esta en un momento muy bueno». Sin ánimo de polémica ni de criticar, pero de un modo muy claro, Domingo advirtió que «un director de teatro debe pensar en el público, en la prensa, y sólo después en sí mismo. Tú no puedes declarar que no te gusta Puccini y no hacer Puccini. El público de Madrid no lo toleraría».
Otro tenor, el argentino Marcelo Álvarez, encargado de abrir la presente temporada del Real con «Un ballo in maschera» y que acaba de protagonizar «Luisa Miller» en el Palau de les Arts de Valencia, se mostraba ayer desilusionado sobre su futuro en Madrid y anunció a este periódico que «tras el cambio en la dirección artística, yo me voy a otro teatro».
Álvarez, que siempre ha dicho que el Real es su «teatro de cabecera» en España, tenía dos proyectos en cartera con el actual equipo artístico, liderado por Antonio Moral: «Andrea Chenier», en 2010, y «Manon Lescaut», en 2012. Éste último, ante los recientes acontecimientos, se ha evaporado. «Ese periodo se lo he cedido ya a otro teatro», confesaba Álvarez desde Milán.
Tras expresar su respeto a la labor de Mortier, «no estoy a favor ni en contra», afirmó que «él tiene una manera de trabajar que no va con la mía. Además, el repertorio del programa no tiene nada que ver conmigo». Álvarez cree que las propuestas del director belga pueden ser muy «revolucionarias» para un «público tradicionalista» como el de Madrid. Sobre su paso por el Real, afirma que el periodo de López Cobos y Moral «ha estado muy bien organizado. Ellos me vinieron a buscar para cantar allí».
Sin embargo, el que sobreviene ahora no tiene nada que ver con Alvárez, «que tengo una forma de interpretar pasional, a la italiana, y que me gusta hacerlo con comodidad». Por eso, añade, no vendrá al Real «porque tengo miedo de encontrarme con cosas que no sé si voy a poder hacer a nivel de regía (dirección de escena)». «Me da pena que cambie el Real en un momento de gloria para los cantantes, por otro tipo de estructura. No lo entiendo», concluye.