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La Fura dels Baus: «Con Mortier, el Teatro Real subirá a primera división»

El nombre de Gerard Mortier, que cerró el miércoles su fichaje con el Teatro Real para relevar a Antonio Moral como director artístico a partir de 2010, es capaz de provocar las reacciones más dispares. Frente a los que le tildan de provocador, polémico y mediático, están los que han encontrado en él un interlocutor «inteligente y sensible». Entre estos últimos se encuentra el grupo La Fura dels Baus que saltó al mundo de la ópera de la mano del director belga.
Álex Ollé, desde Estambul donde el grupo realizará un espectáculo el año que viene en el marco de la capitalidad cultural, confiesa a ABC su «alegría» por la designación de Mortier para el Real. «Estamos contentos. Mortier es un agitador cultural y en el mundo de la ópera hay pocos. Es una persona que hará subir al Real a primera división. En España no hay ningun teatro de ópera con programación a la altura internacional», aunque, matiza, «los de Madrid y Barcelona son buenos». La noticia no les ha pillado por sorpresa, «porque hace un par de semanas cenamos con él en París, donde se ha repuesto con gran éxito «La flauta mágica»». Una cita que coincidió con la decisión de Mortier de abandonar su proyecto en la Ópera de la Ciudad de Nueva York por falta de presupuesto.
El primer encuentro de La Fura con el director belga se remonta al verano de 1996. en el Festival de Granada, «donde estabamos haciendo la cantata «Atlantida», de Falla. Un amigo nuestro conocía también a Mortier y le invitó a asistir al espectáculo».
De Salzburgo a París
El flechazo fue mutuo. El director belga propuso al grupo realizar un montaje para el Festival de Salzburgo, del que era director desde 1991. Fruto de aquella invitación fue la producción «La condenación de Fausto», que significó la inmersión del grupo catalán en el mundo de la ópera y el comienzo de una colaboración que continuaría en la Triennal del Ruhr («La flauta mágica», que se pudo ver en el Real), y la Ópera de París («El castillo de barbazul» y «Carta a una desconocida»). «Él ha marcado nuestra trayectoria operística», asegura Ollé, que alaba la inteligencia y la audacia de Mortier para llevar a la gente del teatro a la ópera, como ha demostrado con espectáculos como «El tiempo de los gitanos» de Kusturica. Elogia además su capacidad para hacer buenos cócteles: «Combina bien los cantantes y los directores musicales».
Ollé, consciente de la existencia de un público más conservador, «una minoría», poco afin a propuestas innovadoras, señala, que incluso para ellos «esta elección será positiva». Y añade que «en los cuatro años que llevamos visitando París hemos visto el rejuvenecimiento de su público», algo imprescindible en el mundo de la ópera. «Siempre habrá gente que prefiera algo acartonado y cantantes que no se mueven en escena, pero eso no es la ópera entendida como teatro global».
Ollé confiesa que habían mantenido conversaciones con Mortier para realizar dos propuestas en la Ópera de la Ciudad de Nueva York, «que esperamos poder retomar en Madrid». Entre sus futuros proyectos se encuentra otro en el Real, dirigido a los niños, una propuesta que ha surgido del equipo artístico actual del teatro, «aunque se verá probablemente en la temporada 2011-2012. Se trata de «Peter Pan» de Bernstein, que más que una ópera es un musical. Nos apetece mucho hacer algo para jóvenes». concluye.