Investigan si la envenenadora de Melilla ya mató a otro hijo
El juzgado de Instrucción número 3 de Melilla ha abierto una investigación para conocer si la mujer marroquí que fue sorprendida inyectando alcohol a su hija en el hospital comarcal de la ciudad pudiera ser responsable también del fallecimiento de otro hijo, ocurrido hace un mes. Es por ello que en las próximas horas se podría ordenar la exhumación del cadáver del crío, enterrado en la localidad marroquí de Segangan, en busca de los datos que puedan servir para sustentar si la detenida, Nayima, obedece al perfil de una parricida.
Hasta la fecha la vida de esta mujer, de origen marroquí, vecina de la localidad fronteriza de Nador y con serias dificultades para hablar español, no había provocado interés policial alguno hasta que los médicos de la planta de Pediatría del clínico melillense la sorprendieron inyectando alcohol en la sonda de su hija de dos años que se encontraba allí interna. El caso de la pequeña, de dos años, que evoluciona favorablemente en la UCI del hospital materno infantil de Málaga adonde fue evacuada, llamó la atención de los médicos al comprobar cómo su estado físico sufría altibajos, con picos de mejora y otros de empeoramiento. Estos últimos se producían siempre después de una visita de la progenitora, hasta el punto de que la niña pasaba de estar una mañana incluso hablando con las enfermeras a, ya por la tarde, empeorar drásticamente.
Tras ordenar un análisis comprobaron que se le estaba inyectando dosis de alcohol de 90 en vez de 70, lo que estaba provocando su empeoramiento físico. Tal y como está investigando la Policía, al parecer Nayima se estaría encargando de inyectar estas dosis provocando las recaídas de su propia hija. Ella, no obstante, lo niega, descartando cualquier implicación en el empeoramiento de la salud de la niña y en la muerte de su otro hijo.
El juez ha decretado el secreto de las actuaciones, aunque se enfrenta a un serio problema. El hecho de que el cadáver del hijo de Nayima esté enterrado en Marruecos dificultará la investigación iniciada ya que es este país el que debe autorizar cualquier trámite (vía comisión rogatoria) que serán imprescindibles para determinar la presunta implicación de la detenida en este caso.
Una jeringuilla
No obstante, como medida preventiva, el titular del Juzgado ha ordenado el ingreso en prisión de la detenida al existir indicios suficientes como para sospechar una incriminación en los hechos (según algunas fuentes la sorprendieron inyectando etanol a la pequeña con una jeringuilla).
La sociedad melillense acoge con sorpresa este caso, aunque ya fue testigo de otro similar, ocurrido en 2004, que se saldó con la detención de una vecina de la ciudad. Paqui fue condenada por la Audiencia Provincial a 84 años de cárcel por envenenar a su marido y dos hijos e intentarlo con un tercero.
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