Genoveva Casanova Condesa de las ONG

17/11/2008
Actualizado a las 08:00h.

Con un vestido de Azzaro negro y unos impresionantes pendientes de brillantes de Vasari es como Genoveva Casanova reapareció ante la sociedad madrileña después de un largo e intenso viaje por Ecuador dentro de un programa de Acnur, asociación en la que colabora desde hace unos años.

La nuera de la duquesa de Alba es imagen de esa firma de joyas que en cuestión de poco tiempo abrirá sus primeras tiendas fuera de España (Londres, París y Dubai) y de ahí que fuera presentada como invitada de honor del cóctel en el que se mostró la nueva colección. Durante la fiesta, que se celebró en los salones de la residencia del embajador francés, Genoveva habló con todos y por su orden, respondiendo con educación y cierto nerviosismo y agradando al personal con ese acento mexicano que no ha perdido y una dulzura que se supone natural y que, en el caso de que no lo fuera, queda muy bien en público.

Como es normal, habló de sus niños («están preciosos y muy bien»), de la Navidad («nos quedaremos en España»), de sus proyectos («tengo muchos objetivos para cumplir con las ong en las que participo»), de su suegra la duquesa («no he visto las imágenes de su viaje por Italia porque también he estado fuera») y de Cayetano Martínez de Irujo («sabéis que no me gusta hablar de esas cosas»), de quien está separada. Genoveva salió una vez más airosa de esta «encerrona», y es que no hay nada como sonreír y dar las gracias. En eso es la más lista de la familia. Ha sabido capear los temporales con estilo, ganarse a las firmas con clase y contar con el apoyo de una suegra que sueña con la vuelta de ese matrimonio. Pero, aunque Genoveva no quiera hablar del tema, me consta que los papeles del divorcio ya están a punto para estampar las firmas. Sería con el mismo acuerdo de separación que firmaron en su día y terminaría con un matrimonio que se prometió amor eterno en presencia de sus hijos pero que no pudo cumplir su segundo aniversario. Desde el día que Casanova firme ese documento las cosas seguirán como estaban. con la única diferencia de que su estado civil será el de divorciada y sin título de condesa. Pero no le importa. En sus proyectos estoy segura que prefiere convertirse en condesa de las ONG para lo que no necesita marido. «Estoy aprendiendo muchísimo», me dice sobre su dedicación a Acnur.

Apenas un día antes fue su ex cuñada Eugenia Martínez de Irujo quien presentó sus nuevos diseños para Tous en un acto celebrado en Sevilla. La duquesa de Montoro lució más guapa que nunca en compañía de su buen amigo Jorge Outerello, propietario de las tiendas de esa firma en Andalucía. Para esta temporada Eugenia se ha inspirado en los juegos de azar. Eugenia no quiere hacer comentarios sobre los rumores de su boda con Gonzalo Miró, pero me consta que ni hay planes ni intenciones. Se quieren, se llevan de cine y se complementan. Pero ninguno de los dos tiene intención de cambiar de estado. Lo normal sería que, llegado el día, decidieran sellar su unión, pero hasta la fecha nada más lejos de su intención.

Quien hoy descansa de su ajetreado viaje por Italia es la duquesa de Alba que el pasado viernes aterrizó en Madrid junto a su novio y sus dos ayudantes. Cayetana Fitz James celebró ayer el 58 cumpleaños de Alfonso Díez Carabantes, quien mañana se reincorpora a su trabajo mientras su amor hace nuevamente las maletas para trasladarse a Sevilla donde mañana recibe un homenaje. Aparte de los muchísimos objetos que la duquesa ha comprado por Sicilia y Roma (de su último viaje a la India volvió con dos container de regalos), lo que se ha visto es cómo Cayetana luce el anillo en forma de herradura con minúsculos brillantes que Alfonso le regaló antes de ese viaje mientras él lleva la esclava de oro con el nombre de Cayetana que ella le dio hace varias semanas. Esa misma pulsera fue la que años atrás le regaló a su marido Jesús Aguirre sólo que esta vez la ha comprado en una joyería de Sevilla.