Chacón proclama en el Congreso que España lucha en Afganistán contra Al Qaida

Chacón ha suprimido los eufemismos y disimulos de sus predecesores José Bono y José Antonio Alonso -los hechos, los ataques y los muertos obligan- para pasar de la pose más pacifista del Gobierno de Zapatero al reconocimiento pleno de que los soldados españoles están en una guerra con los talibanes provocada por ellos mismos con los ataques terroristas a los países occidentales o los del Islam que no se someten a sus dictados.

Llamazares, escandalizado

La ministra aprovechó el trámite de la explicación ante el Pleno del Congreso de los Presupuestos de Defensa para mostrarse tan franca y contundente que escandalizó a Gaspar Llamazares, quien recordó que hasta el momento ningún miembro del Gobierno de Zapatero había defendido esas posiciones en la Cámara.

El diputado de IU tuvo nuevos argumentos para exigir el inmediato regreso de los soldados españoles, ahora que Chacón reconocía sin complejos el origen y los objetivos de la misión. Llamazares sostuvo que «la izquierda» no podía compartir la «estrategia militar» contra el terrorismo islamista, el mismo principio con que el PSOE en la oposición combatió la presencia de tropas españolas en Irak hasta ordenar su salida en cuanto llegó al poder tras la convulsión política por los atentados del 11-M.

Después, Zapatero tuvo que enviar más soldados a Afganistán para compensar el abandono de Irak. Para ello se amparó en las bendiciones previas de la ONU, el paraguas de la Isaf y una concienzuda campaña de imagen para presentar la misión como una operación «de paz» y de reconstrucción del país -que también lo es-, pero obviando que nuestras tropas iban a una zona en guerra y a enfrentarse al terrorismo islamista.

Chacón ha roto con todo ese discurso de disimulos nada más repatriar los primeros cadáveres de su mandato y abrazar a las viudas o madres de los caídos. «España ha pagado un alto precio en vidas humanas de civiles y militares», insistió ayer ante el Congreso. El brigada y el cabo primero recibirán la medalla al mérito militar con distintivo rojo, la reservada a los militares muertos en misión de guerra.

La ministra eludió al abandonar la Cámara la cuestión clave ahora: si el Gobierno tendrá que enviar más soldados a Afganistán para la protección propia del actual contingente o para nuevas misiones que puedan reclamar la OTAN y la nueva administración norteamericana cuando Obama tome posesión de la Casa Blanca. «No está ahora mismo sobre la mesa», se limitó a decir Chacón en los pasillos del Congreso.

La ministra se enfrentó además a otra realidad, la de los Presupuestos de su departamento, el más castigado con los recortes pese al esfuerzo que requieren las misiones en el exterior y la necesidad de renovar el material. Chacón aseguró que no escatimará las inversiones en todo lo que suponga seguridad para los soldados, pero los datos de reducción de partidas de combustible, apoyo logístico o inversiones en material denunciados por el diputado del PP Arsenio Fernández de Mesa quedaron sin réplica por parte socialista.

Ascensos honoríficos

El parlamentario del Grupo Popular también reclamó a la ministra que proponga en el Consejo de Ministros de mañana el ascenso honorífico a título póstumo de los dos últimos militares muertos en Afganistán y evite así el largo trámite ordinario que requiere el proceso, además de demostrar con hechos el inmediato reconocimiento a su sacrificio.