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No hay pasión: La Pantoja se marcha a México

No hay pasión: La Pantoja se marcha a México

Será el próximo 23 de noviembre cuando Isabel Pantoja reaparezca ante su público de México en el concierto que tiene programado en el Auditorio Nacional, donde anuncian que repasará sus grandes éxitos. Las cronistas de ese país hablan maravillas sobre la carrera artística de esta mujer que «saldrá con su bata de cola y mantón de manila» y es que -dicen- «tiene suficiente repertorio como para llenar el escenario de éxitos de sus cuatro décadas en la música».

Sin duda a Isabel Pantoja la quieren en toda Hispanoamérica, y especialmente en México, donde cuenta con el apoyo de su fiel amigo el músico Juan Gabriel, con el que siempre ha mantenido entrañables lazos, a veces casi hasta familiares, y de ahí que el mexicano visite muchas más veces de lo que sus fans creen nuestro país para instalarse en la casa de Isabel y encerrarse con ella en esos salones para vivir sus historias al margen de miradas ajenas.

Lo más curioso de todo es que mientras Isabel prepara ese viaje y sigue con sus galas, en su casa de Marbella sigue esperándola su novio Julián Muñoz, a quien no ve en persona desde el último permiso que el ex edil tuvo semanas antes de conseguir el tercer grado. Entonces la pareja se encerró en el chalet de «Mi gitana» y de sus bocas no salió ni una sola palabra que pudiera dar pistas sobre el futuro o no de su relación. Hoy, aún sin esas palabras, está claro que lo que tiene esta pareja es lo más alejado a lo que la mayoría de los mortales entendemos por un noviazgo. Lo suyo puede ser interés mutuo, demasiada confianza, pacto secreto, acuerdo legal... pero lo que seguro que no tiene es pasión, chispa, arrebato, locura, ardor, ternura, sosiego...

Una extraña pareja

Si ya fue raro que Isabel no acudiera a ningún encuentro con su pareja en los bis a bis que los reos tienen en la cárcel (entonces se alegó que Muñoz no quería hacerle pasar por ese trance), lo que no tiene lógica ni explicación es que después de casi dos años entre rejas y una vez que ya puede dormir en casa los fines de semana su amada no corra a reunirse y abrazarse con el que se supone que es el hombre de su vida. Bueno, ni eso ni que pocos días antes de la salida de Muñoz se haga un reportaje en «Cantora» con un enorme retrato de Paquirri recordando «al hombre de su vida». Mensajes subliminales como ése son los que a uno le cogen siempre con el pie cambiado.

La entrevista frustrada

Tal vez por ese motivo es por el que Muñoz se echó para atrás el pasado fin de semana cuando tenía que grabar la entrevista que había pactado con Telecinco y que iba a realizar Ana Rosa Quintana en la ciudad de Marbella. La cadena de televisión tenía todo pactado con Muñoz pero horas antes de que comenzara esa grabación el ex alcalde cambió de idea y todo se congeló hasta mejor ocasión.

Aunque se ha dicho de todo (que sí se había grabado, que se emitía el próximo viernes...), lo cierto es que aún no hay nada. Entre los argumentos que se barajan sobre ese cambio parece que la salud de Muñoz no está para tantas declaraciones ni sus letrados le aconsejan esas confesiones que tal vez pudieran complicarle las cosas en los más de setenta casos pendientes que tiene con la Justicia.

El otro motivo es el enorme enfado que se ha agarrado la tonadillera cuando se enteró de lo que planeaba Muñoz. De ahí que no se hayan visto. Isabel no está conforme con que Julián hable puesto que inevitablemente tendrá que referirse a ella y a esa más que dudosa o extraña relación que aparentemente mantienen sin que los hechos lo demuestren. Hasta la fecha la única que había dado exclusivas millonarias había sido ella. Si Muñoz quiere «cantar», ya sabe lo que tiene que hacer: que se busque a otra. Y mientras tanto la Pantoja a México.

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