ABC y sus lectores
La viñeta de Antonio Mingote, publicada el 25 de octubre, para SANTIAGO LOVAL «es directa e incisiva como pocas: el crucificado pregunta al magistrado «Eh, Garzón, ¿qué hay de lo mío?». Porque el sumario abierto por el juez Garzón sólo atiende a las ... víctimas del franquismo pero ignora los miles de asesinados después de horribles torturas, en paseíllo feroz y con nocturnidad, sólo por ser católicos. Son frutos de la memoria histórica selectiva y sectaria».
En la columna «Legislatura de pleno empleo» (25 de octubre), de Ignacio Camacho, nos recuerda CARLOS PRATS ELORRIAGA que el autor, «con su habitual maestría, cargaba contra Zapatero a cuenta de su compromiso electoral de conseguir el pleno empleo durante esta legislatura, cosa que no seré yo quien le reproche. No obstante, sí me gustaría subrayar que no fueron ni Zapatero ni el PSOE los únicos que hicieron público ese compromiso ante los españoles. De hecho, el programa del PP para las elecciones de marzo de 2008, titulado «Programa de Gobierno 2008. Las ideas claras. Con Rajoy es posible», asegura lo mismo. El apartado 7, «Alcanzar el pleno empleo», señala: «nuestro objetivo es alcanzar el pleno empleo creando 2.200.000 puestos de trabajo durante la legislatura 2008-2012»».
Las informaciones «Rice explicó a Moratinos que España no irá a la cumbre porque el formato está cerrado» y «La campaña de McCain pide a ABC más información» (24 de octubre), de la sección España, en opinión de FERNANDO RODRÍGUEZ DE LA TORRE «son muy esclarecedoras. Resuelven un despiste en la opinión pública sobre por qué Zapatero no pisa la Casa Blanca. Hasta se ha pensado que si gana Obama enseguida sería recibido, pues su «problema» lo tiene con Bush y, por extensión, con los republicanos, pero cuando leemos que el «segundo» de Obama se opone radicalmente a invitar a España, ¿no nos damos cuenta de la realidad? La retirada de las tropas de Irak fue una jugarreta indigna. Cierto que era una promesa electoral, pero a Zapatero le entró un domingo la prisa. A las tropas españolas se habían añadido tres contingentes hispanoamericanos. ¡Cómo quedó España con ellos! Con todo, opino que lo que el pueblo estadounidense no perdona, y no sus políticos, es que Zapatero despreciara su bandera. Hasta que Zapatero no pida perdón al pueblo norteamericano por su desprecio a su bandera, con demócratas o con republicanos en la Casa Blanca, nuestro presidente tiene cerradas esas puertas. Y España, nación aliada, y sí, octava potencia económica, está sufriendo las consecuencias».
A raíz de la información «La Fiscalía se opone a la salida de Ricart en 2011 y pide que se aplique la doctrina Parot» (14 de octubre), publicada en la sección España, JOSÉ HERMO VILLAR quiere «aprovechar para felicitar a ABC por la noticia en la que se recoge la situación del secuestrador, torturador, violador y asesino de Miriam, Desiré y Toñi, las niñas de Alcácer. Miguel Ricart es el único responsable en prisión. Antonio Anglés sigue en paradero desconocido desde hace 17 años. Este monstruo, al que no se le puede calificar de ser humano por carecer de humanidad, debería pasar el resto de sus días en prisión».
En la información «En aquel lugar de la memoria» (26 de octubre), sobre la demolición de la cárcel de Carabanchel, ENRIQUE PÉREZ MENGUAL detectó «datos erróneos en relación con los presos políticos de la cárcel. Se dice: «Los revueltos años sesenta llenaron sus celdas y con el nacimiento de Comisiones Obreras la cárcel llegó a su particularísimo y cruel no hay entradas». Más adelante se informa de que en el 77, cuando Marcelino Camacho abandona la cárcel, «la prisión empezó a llenarse entonces de presos comunes». Los hechos fueron bien distintos. Los presos políticos ocupaban solamente la sexta galería, una pequeña galería de unas 50 ó 60 celdas. En el año 67 éramos alrededor de 40 presos políticos. Y, ojo al dato, la población reclusa total de la cárcel era en junio de 1972 de 1.519 reclusos, según figura en una pizarra de la prisión, que se reproduce en el artículo. En la sexta galería, además de miembros del Partido Comunista y de Comisiones Obreras, había anarquistas, trotskistas, maoístas, etarras, y la suma total en el año y medio que yo permanecí nunca rebasó la cifra de 60 presos. Por allí no apareció -continúa el lector- ni un solo socialista. La sexta, como ya he dicho, era una galería de apenas 60 celdas, soleada, limpia y reluciente (limpieza esmeradísima, a cargo de los comunes del reformatorio); las celdas abiertas 14 horas diarias, libertad de movimientos por el patio y la galería, campeonatos de pelota mano, torneos de ajedrez, clases de inglés, el equipo de fútbol de los políticos disputando una liguilla con los equipos de las otras galerías; disponíamos de cocinas y comedores propios; y diariamente las distintas organizaciones celebran reuniones en las que, junto a charlas sobre materialismo dialéctico o historia del movimientos obrero, se hacían vaticinios (¡año 66!) sobre la inminente caída del franquismo».
Sobre la columna «Dios» (28 de octubre), de J. J. Armas Marcelo, TOMÁS TRIGO opina que el autor «expone una opinión muy interesante: entre los que creen absolutamente en Dios y los que no creen en absoluto existen muchas personas (tal vez la gran mayoría) que unas veces creen y otras no. Estoy de acuerdo en que son muchos los que se encuentran en esta situación. Por si puede ayudar, deseo expresar cuál es, en mi opinión, el modo de salir de esa situación de duda. La única manera de consolidar la relación con otra persona es el trato. Dios es un Ser Personal al que podemos tratar personalmente. Sin ese trato (oración, con otra palabra) no podemos llegar a tener amistad con Él. Y una vez que la tenemos, ya no dudamos de su existencia y de su bondad. Porque el amor abre los ojos para «ver» a Dios. Doy por supuesto que, al mismo tiempo que tratamos a Dios para ser sus amigos, intentamos agradarle también con nuestras obras, amando y sirviendo a los demás. Con todo el afecto, quiero decir a J. J. Armas Marcelo y a todos los que tengan dudas sobre la existencia de Dios que prueben a entablar amistad con Él. Quedarán gratamente sorprendidos».
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