Tragedia familiar para Jennifer Hudson
La desgracia se ha cebado con la familia de Jennifer Hudson. El pasado viernes por la noche la madre -Darnell, de 57 años- y el hermano -Jason, de 29- de la actriz fueron acribillados a balazos en su residencia de Chicago, mientras que su sobrino de 7 años se encuentra hasta el momento en paradero desconocido.
El subjefe de la policía de Chicago, Jospeh Patterson, informó a la prensa que el cuerpo de la señora Donerson fue encontrado en la sala de estar de la casa en el sur de la ciudad y los restos de Jason Hudson en uno de los dormitorios. «Ambos presentaban heridas fatales de bala», indicó, agregando que no había indicio de que los autores hubieran forzado la entrada de la vivienda. «Estamos buscando en este momento a un niño afroamericano de siete años, al igual que un automóvil blanco que desaparecieron del lugar», concluyó el responsable policial.
Detenido el cuñado de la actriz
En las últimas horas se ha detenido a William Balfour, cuñado de la cantante y ex marido de su hermana mayor Julia, como presunto sospechoso de la muerte de la madre y el hermano de la artista, y presunto responsable también de la desaparición del pequeño Julian King, hijo de su ex esposa y sobrino de Hudson. Balfour, que salió del Centro Correccional River en mayo de 2006 después de cumplir 7 años de prisión, estaba en libertad bajo palabra.
La tragedia ha ocurrido justo cuando Hudson, que creció en Chicago, atraviesa por uno de los mejores momentos de su vida, tanto a nivel profesional como en el terreno personal. Su canción «Spotlight» ocupa el primer lugar en las listas de éxito y su álbum homónimo es uno de los más vendidos. La cantante, de 27 años, que ganó en 2007 un Oscar como mejor actriz de reparto por «Dreamgirls» tras haber sido finalista de «Latin American Idol» -como «Operación Triunfo», pero a la americana-, ha participado recientemente en «Sex and The City», donde da vida a la asistente personal de Carrie Bradsha y hace tan sólo unos días se comprometió con su novio, David Otunga.
Jennifer, cuyo padre murió cuando ella era una adolescente, ha reconocido en más de una ocasión ser una persona muy allegada a su familia, a la que estaba muy agradecida por ayudarle a mantener los pies sobre la tierra. «Mi fe en Dios y mi familia son muy reales y muy normales, ellos no están en el centro de la atención. Cuando voy a mi casa en Chicago me encuentro realmente en mi hogar», afirmó en una de sus entrevistas. Ahora la actriz tendrá que sacar fuerzas de flaqueza para superar esta terrible desgracia.
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