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«Hurgar en la fosa de mi tío Federico García Lorca es una profanación»

«Hurgar en la fosa de mi tío Federico García Lorca es una profanación»

La sangre de Federico García Lorca fue derramada, fusilada, sobre la arena de un terraplén en Víznar (Granada), en el amanecer de una madrugada de espanto y de llanto: la del 18 de agosto de 1936. Pero «Lorca eran todos», reza una lápida al pie ... de la tumba cerca de la fuente de las lágrimas. Sobre aquella tierra también fue derramada la sangre del maestro de Pulianas Dióscoro Galindo González y la de los banderilleros Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Setenta y dos años y cincuenta y nueve días después, un juez ha decidido reescribir la historia y se ha declarado competente para autorizar exhumaciones en 19 fosas en toda España, entre ellas la de Lorca. Pero la decisión de Garzón no la comparten los Lorca, y sí las familias del maestro y los banderillos.

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