El Gobierno británico nacionaliza parcialmente a su banca en crisis
En la mayor intervención jamás realizada en el sector financiero por parte del país cuna del liberalismo económico, el Gobierno de Gordon Brown anunció un paquete de 500.000 millones libras (633.000 millones de euros) de dinero público destinado a rescatar el sistema bancario. ... Esa cantidad incluye 25.000 millones de libras (31.500 millones de euros) para la compra de acciones de los principales bancos, lo que constituye una parcial nacionalización, que si bien no dará al Estado el control sobre las entidades, sí les impondrá ciertas condiciones en materia de sueldos de ejecutivos y de pago de dividendos.
El plan tiene por objeto sobre todo estabilizar a cuatro de los «cinco grandes» del sistema bancario británico -HBOS, RBS, Lloyds TSB y Barclays, que han sufrido importantes pérdidas en la Bolsa, especialmente los dos primeros-; facilitar que Lloyds pueda culminar la compra del HBOS anunciada, y además fortalecer todo el sector y generar confianza entre los ciudadanos. Según lo definió Brown se trata de ayudar a que «el sistema bancario británico haga pie» en la crisis.
El Abbey, beneficiado
En la lista de posibles beneficiarios están incluidos también el otro de los «cinco grandes», el HSBC, así como Abbey, propiedad del Santander, y las mutuas hipotecarias Nationwide y Standard Chartered. Este segundo grupo ha adelantado que no tiene intención de tomar capital estatal. Todo parece indicar que su inclusión en la lista ha sido para no centrar las noticias negativas sobre los bancos con problemas y así evitar su castigo en Bolsa. El Gobierno deja abierto el plan a otras entidades que estén dispuestas a suscribirlo.
La medida, en la que la toma pública de un paquete accionarial en bancos marca un camino propio respecto al de otros países, no evitó que ayer descendiera de nuevo la Bolsa de Londres. Ésta tampoco reaccionó a la la bajada de medio punto de los tipos de interés del Banco de Inglaterra, del 5% al 4,5%. De acuerdo con lo anunciado por Brown y el canciller del Tesoro (ministro de Hacienda), Alistair Darling, antes de la apertura de los mercados ayer por la mañana, los bancos que deseen recibir ayuda del Estado tendrán que incrementar su capital al menos 25.000 millones de libras y para ello podrán recibir un préstamo del Gobierno.
El Ejecutivo, además, está dispuesto a dedicar 25.000 millones de libras a comprar acciones preferenciales de los bancos. La cuantía del paquete aún está por determinar y se hará en función de lo que propongan las entidades afectadas. Debido a que se trata de dinero de los contribuyentes, el Gobierno opta por las acciones preferenciales porque tienen el pago de un interés fijo, en lugar de recibir dividendo, y se paga antes que al resto de accionistas. Ese paquete no otorgará al Estado derecho de voto. Estas circunstancias llevaron a Darling a precisar que se trata de una operación muy distinta de la nacionalización en febrero del Northern Rock, la primera víctima de la crisis en el Reino Unido.
El Banco de Inglaterra, por su parte, doblará el dinero dispuesto para préstamos a corto plazo, elevando la cantidad a 200.000 millones de libras. Además, estarán disponibles hasta 250.000 millones de libras para garantías de préstamos a ratios comerciales para fomentar que unos bancos se presten a otros. Para participar en el plan los bancos tienen que firmar con la Autoridad de Servicios Financieros un acuerdo sobre el pago a directivos y dividendos. También serán requeridos a extender normales líneas de crédito a propietarios de viviendas y pequeños negocios. Ello comportará que, si no nacionalizados propiamente, esos bancos estén condicionados en su actuación.
Por otro lado, a pesar de que en Italia los expertos económicos del país, y el propio presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, llaman a la calma y a no dejarse llevar por el pánico, porque «el sistema Italiano es sólido, y líquido", en el Consejo de Ministros extraordinario convocado ayer a última hora de la tarde, se aprobó un decreto de ley por el que se extiende la garantía del Estado sobre los depósitos bancarios.
Una intervención tempora l
La intervención del Estado será «puntual y por tiempo limitado, para evitar la nacionalización», en los casos en los que el Banco de Italia considere necesaria la intervención, cosa que, según Berlusconi y el ministro de Economia, Giulio Tremonti , no sucederá porque «los bancos italianos tienen suficiente liquidez para hacer frente a la situación por la que la economía mundial está atravesando». Un decreto aprobado por pura prudencia, como señaló el presidente del Banco de Italia, Mario Draghi.
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