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Chile condena a un general de Pinochet por el asesinato de un cura español

Chile condena a un general de Pinochet por el asesinato de un cura español

Un juez chileno condenó al ex jefe máximo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) a siete años de cárcel por el secuestro y posterior asesinato del sacerdote español Antonio Llidó Mengual, ocurrido en Santiago en octubre de 1974.

El magistrado Jorge Zepeda dejó además sin beneficios alternativos al retirado general Manuel Contreras y a otros tres ex agentes del organismo represivo de la dictadura chilena que dependían directamente del fallecido general Augusto Pinochet. Los otros tres ex oficiales del Ejército que recibieron penas similares son Miguel Krassnoff, Marcelo Moren Brito y Basclay Zapata, quienes -al igual que Contreras- están en prisión, donde cumplen otras condenas por casos de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, entre 1973 y 1990.

El juez también dictaminó que el Estado chileno deberá pagar una indemnización a la familia del sacerdote que asciende a unos 125.000 euros, además de los costos del proceso, que duró más de quince años. El caso había sido sobreseído en 1993, cuando se le aplicó la ley de Amnistía, pero en el 2003 fue reabierto y entregado al juez Zepeda.

Al conocerse el fallo judicial, el abogado querellante, Héctor Salazar, lamentó que «aquí hay una parte que la Justicia no pudo establecer, que fue el homicidio y (...) encontrar los rastros del detenido desaparecido a fin de entregárselos a la familia».

Llidó Mengual, nacido en Valencia en 1936, llegó a finales de la década de los 60 a Chile, cuando ya tenía seis años de sacerdocio. Su trabajo pastoral lo ejerció en Quillota, una pequeña ciudad entre Santiago y el puerto de Valparaíso, rodeada de plantaciones agrícolas y campesinos pobres. En ese mismo lugar Llidó Mengual se vinculó al movimiento «Cristianos por el socialismo», integrado por religiosos y laicos que apoyaban al gobierno socialista de Salvador Allende. Tras el golpe militar de 1973, Llidó decidió permanecer en Chile y vincularse a la resistencia clandestina del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.

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