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El teatro más ambicioso de España

Cuando el 28 de octubre de 2002 se ponía la primera piedra de los Teatros del Canal, el entonces presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, animaba el «estreno» de su construcción con la tradicional frase teatral «Mucha mierda». Ayer, seis años después de aquella fecha, con la infraestructura concluida, la ahora presidenta, Esperanza Aguirre, hacía lo propio con un «Arriba el telón».
Y es que, con retrasos y más de un problema presupuestario y arquitectónico -felizmente resueltos-, esta gran infraestructura teatral calienta motores. Aunque todavía habrá que esperar hasta 2009 para contar con una programación estable, los Teatros del Canal abrieron ayer sus puertas para una presentación que casi resultó más un estreno. No faltaron políticos ni patrocinadores en una jornada que sirvió de «ensayo» para el prestreno del musical de Nacho Cano que tendrá lugar hoy.
Visita compartida
La presidenta regional y el alcalde compartieron visita con el vicepresidente del gobierno regional y presidente del Canal de Isabel II, Ignacio González; el consejero de Cultura y Turismo, Santiago Fisas; el director gerente del canal, Ildefonso de Miguel; la delegada de Las Artes, Alicia Moreno; el arquitecto de la obra, Juan Navarro Baldeweg, y la concejala presidente del distrito de Chamberí, Isabel Martínez-Cubells.
Todos ellos se mostraron orgullosos de este proyecto que finalmente ve la luz. No en vano, como afirmó Gallardón, «la apertura de un nuevo teatro no es algo que ocurra cada 10 o 20 años, sino cada 100 o incluso 150. Por ello, no hay ningún otro equipamiento promovido en mi etapa de presidente regional con el que esté más comprometido y orgulloso que con los Teatros del Canal».
Y si reconoció que fue Alicia Moreno quien, en el año 2000, decidió convocar un concurso para la creación de esta gran infraestructura, tampoco faltaron halagos para Esperanza Aguirre. «Agradezco que la presidenta atendiera y comprendiera este proyecto y desoyese las invitaciones a abandonarlo. No hizo caso a quienes ponían los números sobre la mesa y no las emociones», añadió Gallardón.
Por su parte, Aguirre, no escatimó elogios al alcalde -«por poner en marcha este ambicioso proyecto, porque sin su empeño y empuje no se habría hecho»- y hacia esta nueva infraestructura teatral, «que constituye, sin exagerar, la más importante y ambiciosa de España». Por ello, destacó que el centro impulsará el creciente protagonismo de Madrid como una de las grandes capitales mundiales del arte y la cultura.
Mención especial también tuvo para Navarro Baldeweg, a quien felicitó por su trabajo y anunció que «el inmueble ya tiene su lugar en el Catálogo de Edificios Singulares de Madrid». No en vano, el acristalamiento de su fachada, en negro, rojo y blanco, simula los telones de un teatro.
Esta gran infraestructura se alza en pleno corazón de Madrid, en la confluencia de las calles Cea Bermúdez y Bravo Murillo, sobre un solar de 8.750 metros cuadrados. Está compuesto por tres edificios con una superficie construida de más de 35.000 metros cuadrados distribuidos en doce plantas.
En este gran espacio se sitúa el Centro Coreográfico o de Danza, que cuenta con 12 aulas; el Teatro Configurable -cuya versatilidad permitirá aforos entre 400 y 800 espectadores-, y el Teatro principal, dispuesto en dos niveles con 851 butacas distribuidas en platea, anfiteatro y palcos, y un foso para 80 profesores.
Toda la programación de este nuevo espacio, llamado a convertirse en referente nacional e internacional tanto del panorama cultural como arquitectónico, será diseñada por su director artístico, Albert Boadella, actor, dramaturgo y director de «Els Joglars».
Musical «A»
Aunque hasta principios de 2009 no se programará en este teatro, hoy volverá a abrir sus puertas para acoger el prestreno del musical «A», de Nacho Cano. Este espectáculo, dedicado al agua, no podía haber sido seleccionado más oportunamente. Y es que, en 2008 se celebran los 150 años de la llegada del agua del río Lozoya a Madrid, gracias a las obras y a las infraestructuras del Canal.