Está en :

Jazz y joven orquesta

CLÁSICA
Otoño Musical Soriano
Obras de Ibert, Milhaud, B. Goodman, folclore de Macedonia, K. Dirham, B. Kaempfort and M. Gambler, J. Hanley y S. Cahn y J. Styne Intérpetes: Orq.Sinfónica de Castilla y León. Dir.: A. Posada; Obras de Pochielli y Chaikovski. Joven Orq. Sinfónica de Soria. Dir.:V. Alberola.
ANTONIO IGLESIAS
La segunda jornada de este «Otoño Musical Soriano», quiso ser una contribución de índole modernista, en una primera parte con dos páginas sinfónicas debidas a los franceses Jacques Ibert («Divertimento») y Darius Milhaud («La creación del mundo») que, en su duración de veinte minutos cada una de ellas, volvió a asombrarnos con su bien dibujado humor, siempre dentro del «savoir faire» de aquellos músicos galos de comienzo del siglo XX. La segunda parte asimismo a cargo de la Sinfónica de Castilla y León, suponía una contribución al «jazz» que, como género, asombró al mundo e influenció en los compositores más famosos de entonces. Conjuntados con la orquesta citada, bajo la dirección siempre elogiosa de Alejandro Posada, un público abundante en rostros juveniles, aplaudió a tiempo y destiempo una sesión titulada «Swing and more», que con la contribución de un grupo (violín, violonchelo, contrabajo, piano y percusión) titulado «Jazz Friends», apuntando un carácter solista, resucitó viejos temas debidos a B. Goodman, folclore de Macedonia, K. Dirham, B. Kaempfort and M. Gambler, J. Hanley y S. Cahn y J. Styne.
La tercera sesión de este «Otoño» correspondió a un tan interesante como importante programa traducido por la Joven Orquesta Sinfónica de Soria. Les aplaudimos en unas excelentes versiones de «La danza de las horas» de Ponchielli y «La quinta» de Chaikovsky, así como en la colaboración cuidada prestada al violinista Teimuraz Janikashvili, georgiano solista de alta clase virtuosísta y estilística. Me pareció justo el «pataleo» a su director valenciano, Vicente Alberola, porque demostró, por encima de los obligados refuerzos dentro del total de unos setenta y cinco jóvenes (entre los 13 y 21 años), esa manera inteligente de corrección de desmanes impetuosos, propios de los «profesores» bajo su batuta, así como conducirles por caminos sabios. El clamoroso éxito les llevó a la concesión de un «bis».