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La crisis golpea al sector de la automoción con la pérdida de 1.900 empleos

Dos de las más importantes fábricas de automóviles del país anunciaban ayer dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que afectarán a 1.900 personas, que pasarán de tener trabajo a engordar la ya de por sí numerosa lista de desempleados, y a crear serios problemas en las zonas en las que estas fábricas están localizadas, y cuya economía depende de la industria del automóvil. Ambas fábricas son filiales de GM y Ford, gigantes de la automoción que están pasando por dificultades financieras, ahoga0das por la deuda, y que se ven afectadas por el desplome en la venta de automóviles a ambos lados del Atlántico.

El ERE que afectará a más trabajadores (entre 1.000 y1.200, el 18% de los empleados) se anunció en Valencia, en la factoría de Ford de Almusafes (Valencia). Tendrá vigencia en el turno de noche entre el 29 de septiembre y el 17 de diciembre. Tras la decisión se halla la «caída brutal del mercado» de automóviles a escala europea que, según la compañía, ha obligado a rebajar la producción.

El expediente, del que Ford remarcó que es «temporal», afectará al último trimestre de 2008, periodo en el que se había ideado un sistema de turnos para mantener la producción y los puestos de trabajo y cerrar el «cuello de botella» que se iba a crear -por la desaparición de la fabricación del Ford Ka en el mes de julio- hasta la llegada en enero del año que viene del nuevo modelo del Fiesta.

En este sentido, dirección y sindicatos pactaron aumentar la producción del Ford Focus -único modelo que actualmente se fabrica en Almusafes- de 1.050 vehículos diarios hasta los 1.440. En principio, con la fabricación del nuevo Fiesta en 2009 se recobrarán los turnos y los puestos de trabajo.

El motivo que ha llevado a la dirección de la factoría a hacer este plan radica en el gran desajuste que se estaba experimentando entre las previsiones de fabricación y venta y el negativo balance cosechado en el mercado europeo.

La dirección de la planta de General Motors (GM) en Figueruelas (Zaragoza) también comunicó a los representantes sindicales que va a suspender los contratos de 600 trabajadores durante un año. Será a través de otro ERE a aplicar desde noviembre. La empresa dice que tiene pensado reincorporar a esos trabajadores en noviembre de 2009, pero los sindicatos son conscientes de que el plan es poco tranquilizador y que el resultado final dependerá de cómo evolucione la crisis.

De hecho, no hay semana que pase sin que la dirección de GM en Figueruelas no anuncie ajustes que afectan a la plantilla. Primero se fijaron seis días de paro en la producción entre septiembre y octubre, que luego se ampliaron a ocho. A continuación, se decidió eliminar el turno de noche de fabricación del monovolumen Meriva desde el 1 de noviembre. Y, ahora, la suspensión de estos 600 contratos laborales durante un año. Coincidirá con el lanzamiento de la nueva versión del Opel Meriva y la empresa confía en reincorporar a esos 600 trabajadores si responde bien en el mercado.

El objetivo de la empresa es reducir en unos 30.000 vehículos la producción de este año en Figueruelas, inicialmente prevista en 485.000 unidades. Opel, del grupo GM, fabrica en esta planta los modelos Corsa, Combo y Meriva.

La empresa presentará el ERE la próxima semana tanto a los sindicatos como a las autoridades autonómicas, que han de autorizar el expediente de regulación.

La dirección de la fábrica argumenta que se está vendiendo un 10% menos que la producción prevista para este año. Por eso hay que fabricar menos y recortar plantilla en esa proporción, un 10% del área de fabricación, 600 empleados. El problema es que eso provocará también la desaparición de empleos en las industrias auxiliares que producen componentes para la factoría de Figueruelas. Ese 10%, trasladado al tejido de las auxiliares, supondría la pérdida de otros 1.500 empleos, porque son unos 15.000 los trabajadores que suman las empresas de componentes que suministran a la planta de GM.

Medidas preventivas en Seat

Por su parte, Seat ha adoptado, de momento, medidas preventivas ante la caída de ventas del 41% en agosto, lo que ha provocado que el «stock» acumulado alcance en estos momentos los 20.000 vehículos. Fruto de la flexibilidad pactada entre empresa y sindicatos en el convenio colectivo, la dirección comunicó que va a reorganizar la producción Martorell (Barcelona) para potenciar los trabajos de lanzamiento del Exeo, nueva berlina de Seat, y mantener la producción del nuevo Ibiza, que goza de éxito comercial.

La reorganización supondrá que a partir del día 22 se suprimirá el turno de noche de la línea de montaje de los modelos Altea, León y Toledo, que son los que más padecen la caída de las ventas. De las 500 personas que trabajan en el turno que se suprimirá, unas 300 reforzarán parcialmente la producción del Córdoba y el Ibiza mientras que el resto quedará sujeto a otras medidas.

Por su parte, en el resto de fábricas de importancia españolas (Renault en Valladolid o PSA Peugeot-Citroen en Vigo), se observan los acontecimientos con cautela. Sin embargo, la situación en estos casos es algo diferente. En Valladolid, Renault no tiene por el momento previsto realizar un ERE, aunque la caída en las ventas sí le va a hacer prescindir de ciertas contrataciones que se iban a realizar. Por otro lado, desde PSA se descartó también que la compañía vaya a despedir trabajadores, gracias a que los mecanismos de flexibilidad de la planta le permiten salir adelante sin tener que recurrir a despidos, informa Efe.

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