La mediación penal logra acuerdos en el 60 por ciento de los casos

En la mediación penal son los mismos afectados los que valoran el daño hecho y pueden decidir la reparación más satisfactoria -dentro de los límites del marco legal y con anterioridad a la celebración del juicio oral-.

Se crea así un espacio de diálogo en el que las partes tratan el hecho delictivo y sus consecuencias lo que posibilita que la víctima sea escuchada y exprese sus necesidades para ser compensadas. Asimismo, el acusado se compromete a reparar el daño ocasionado o a disminuir sus efectos.

«Que les pidan perdón»

«Prácticamente en el 100 por cien de los casos, las víctimas no buscan que se meta a los acusados en la cárcel, lo que quieren es reparación moral y económica. Sobre todo que les pidan perdón y que les reconozcan los hechos», explica hernández.

Para que pueda haber mediación penal tiene que haber un procedimiento penal abierto, que las personas implicadas sean mayores de edad y que el magistrado competente valore si la intervención en el caso puede ser positiva.Posteriormente los letrados de las partes deberán dar su conformidad. Según explica Hernández, la gran mayoría de los asuntos en los que se realiza la mediación suelen ser agresiones con lesiones, hurtos de uso, peleas, problemas vecinales, impagos de pensiones y pequeñas estafas.

El equipo de mediación de la Audiencia está integrado por Hernández y el abogado Pablo Cuéllar. Una vez que han recopilado toda la información, se convoca a la parte demandante, que deberá decidir si da su conformidad para seguir con el proceso de mediación.

El equipo de mediación se entrevista con el agraviado para la búsqueda de un acuerdo reparador al daño. Posteriormente se entrevistan con la parte acusada. Así, a la vista de las pretensiones de todos se buscan las maneras de poder solucionar el conflicto, de una manera que satisfaga a ambas partes.

Agilizar los procesos

La mediación contribuye a agilizar la actividad de los juzgados, ya que no lleva práctica de prueba y para las víctimas es la obtención de una reparación simbólica y moral. Además, al ser un acuerdo mutuo, la víctima pierde el miedo a posibles represalias por el acusado.