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Francisco González: «España está sufriendo un castigo excesivo por el inversor extranjero»

Francisco González: «España está sufriendo un castigo excesivo por el inversor extranjero»

El presidente de BBVA, Francisco González, analiza en esta entrevista la situación económica nacional e internacional y la encara con la preocupación y seriedad que merece, pero siempre buscando una salida positiva en un horizonte no muy lejano al indicar que España tocará fondo «en algún momento del año que viene», y a partir de ahí la recuperación. Asegura que en esa salida hacia «adelante» tendrá mucho que ver Estados Unidos para arrastrar al resto del mundo. Además, presume de trabajar en un banco sólido y bien preparado para los tiempos difíciles, al que la crisis no le ha hecho variar «ni un milímetro sus objetivos».

- Más paro, mayor inflación, incremento del déficit, menos afiliados a la Seguridad Social... ¿La caída de todos los índices económicos está generando un cierto pánico?

- La propia realidad de la crisis, que está ahí, tiene siempre un impacto desfavorable sobre las expectativas. Ahora bien, en el caso de España se ha generado una percepción muy negativa, y a mi juicio excesiva, por parte de inversores y medios extranjeros, que está amplificando ese impacto psicológico.

- ¿Es distinta la delicada situación económica por la que pasa España a la del resto de Europa?

- Europa atraviesa este año, y también lo hará parte del que viene, una situación de estancamiento, con un crecimiento cero o próximo a cero, y en España está ocurriendo algo muy parecido pero añadiéndole un problema más grave de empleo, porque nuestro sistema productivo está muy escorado hacia la construcción, que es muy intensiva en mano de obra. Ésa es la diferencia básica con Europa. Dicho esto, nuestro país tiene una clase empresarial muy buena, con gente muy bien preparada. Las cuentas del Estado actualmente están saneadas, en comparación con otros países. Estamos ante una situación de no crecimiento, y eso hay que afrontarlo. Pero las crisis pasan, no duran toda la vida. Y España tiene recursos para manejar este ajuste de la mejor forma posible.

- ¿La salida del estancamiento o del no crecimiento va a ser rápida?

- Estados Unidos va a ser muy importante para lo que vaya a pasar en Europa y, por tanto, en España. El acoplamiento de Estados Unidos con Europa, y si me apuran con Asia, es una realidad, y la recuperación de Estados Unidos repercutirá en el resto del mundo. Si todo va por donde pensamos, la economía española debería tocar fondo en algún momento del año que viene.

- ¿Y a partir de ahí?

- Es muy difícil diagnosticar a qué velocidad vamos a salir de la crisis. En España el ajuste está siendo muy rápido, en poco tiempo hemos pasado de crecer al 4% a no crecer. El aumento del paro también está siendo muy rápido, por la singularidad de nuestro sistema productivo. En realidad, Europa está creciendo más o menos como nosotros, pero no tiene el problema estructural del desempleo.

- Parece complicado buscar una alternativa a la construcción en este país...

- Es complicado pero no imposible, y en ese aspecto el Gobierno está haciendo un esfuerzo considerable. El Ejecutivo tiene, sin duda, un compromiso importante con el cambio del modelo productivo, lo que ocurre es que no es fácil. Además, los gobiernos solos no son los que nos meten o nos sacan de las crisis. Todos estamos involucrados.

- ¿Cuáles son las perspectivas para recuperar cuanto antes el crecimiento potencial del 3%?

- Eso nos va a llevar un tiempo, no sólo en España, sino también en Europa y Estados Unidos. Estamos, como han dicho algunos analistas, en territorio desconocido. Sabíamos que había claros desequilibrios en los mercados financieros, con un crecimiento excesivo de la liquidez y el crédito y una mala valoración del riesgo. Nadie sabía cuándo se produciría el ajuste, ni con qué intensidad, ni dónde se iniciaría. Al final, la crisis se desencadenó en los mercados hipotecarios «subprime» de Estados Unidos y a través de algo que casi nadie conocía, los SIV (vehículos de inversión especiales). Pero, en todo caso, se trata de un problema de apalancamiento excesivo, es decir de un crecimiento financiero basado en poco capital y mucha deuda. Ahora estamos en la fase desapalancamiento, es decir, de elevar el capital y/o reducir deuda. Y este debe ser un proceso gradual.

- La restricción en la concesión de créditos tampoco está ayudando a salir de la crisis...

- Técnicamente creo que no es correcto hablar de restricción del crédito. Los préstamos se dan en función de las expectativas de recuperarlos, si éstas se reducen, también disminuyen las posibilidades de concederlos. Resultaría mucho más perjudicial extender el crédito más allá de lo prudente, porque el daño futuro sería mucho mayor.

- ¿Cuándo se va a normalizar el mercado interbancario para que vuelva a haber liquidez?

- Es evidente que la situación está durando más de lo que se preveía, pero ése no es el gran problema del mercado financiero, es tan sólo una parte. El Banco Central Europeo ha actuado bien dando la liquidez que el sistema requería. Lo que va a pesar más es la calidad de los activos. Si la calidad de éstos es buena, se tiene acceso a la liquidez.

- Discúlpeme, pero da la sensación de que hay una pésima calidad de activos...

- Más que nada, lo que hay es una situación económica tensa, que afecta a la calidad de los activos. Aquí es donde se va a jugar la batalla más importante. Creo que Estados Unidos va a salir adelante desde el punto de vista macroeconómico, aunque tiene que estabilizar su sistema financiero. La economía financiera ya ha realizado gran parte del ajuste preciso, y la economía real debería comenzar a responder en los primeros meses de 2009.

- ¿A Iberoamérica le ponemos algún interrogante?

- Ninguno, es una zona de desarrollo muy importante de cara al futuro, y en la que nos encontramos encantados porque dispone de materias primas, tiene unas políticas económicas muy sólidas y sus déficit fiscales son correctos.

- ¿Se atisban más movimientos de consolidación en el sector financiero europeo como consecuencia de la crisis «subprime»?

- La crisis que desencadenaron las hipotecas «subprime» ha sido relativamente novedosa y centrada en los mercados financieros, y ha afectado más a la banca americana que a la europea. La siguiente fase va a estar protagonizada por la morosidad tradicional, como consecuencia de la propia dinámica del ciclo económico. Va a afectar a todas las entidades pero con diferencias muy importantes entre unas y otras. Por eso puede impulsar una ola de consolidación en el sector financiero. Pero en mi opinión, y con una perspectiva temporal más larga, de unos cuatro o cinco años, el motor de la consolidación del sector va a ser un cambio de modelo de negocio mucho más fundamental, impulsado por los cambios tecnológicos y sociales.

- A pesar de no estar infectados por las «subprime», los bancos españoles están siendo fuertemente castigados en Bolsa como si les hubiera afectado en gran medida...

- Hay que ser realistas. España tiene problemas, pero está sufriendo un castigo a mi juicio excesivo, por parte del inversor extranjero. Eso está provocando que las cotizaciones de los bancos españoles y de otras empresas estén por debajo de lo que deberían. Pero tampoco hay que torturarse, porque hay cosas que en el corto plazo no se pueden cambiar pero que más adelante se recuperarán. Nuestra propia acción, la de BBVA, está muy deprimida. Hay una divergencia enorme entre la calidad del banco que tenemos y nuestra cotización actual. Y lo que hay que hacer es seguir trabajando para mejorar aún más. Vendrán tiempos mejores, sin duda, y el día que cambie la percepción, la cotización empezará a subir. Yo desde luego sigo invirtiendo en BBVA.

- ¿Ha tenido que cambiar el BBVA su estrategia y objetivos debido a la situación económica nacional e internacional?

- El Banco tiene un plan estratégico desde hace cinco años basado en los fundamentos más sólidos de la entidad, que son los principios, las personas y la innovación. El objetivo es la transformación del modelo de negocio del BBVA teniendo en cuenta lo que está pasando en el siglo XXI, la enorme revolución tecnológica que nos está afectando a todos tanto en la vida profesional como en la personal. El nuestro tiene dos pilares: el físico, que en general son las oficinas, y la banca convencional, y el pilar virtual (internet). Estamos trabajando en ambos para encontrar el modelo ganador. La combinación más eficiente y que mejor responde a las demandas futuras de las personas. Quien hoy no esté trabajando ya en la operatividad de ese modelo, no va a poder evolucionar, porque las grandes entidades necesitan al menos diez años para adaptarse. BBVA trabaja ya en esa innovación y en configurar los equipos que transformarán el banco en una compañía de distribución de servicios financieros y, eventualmente, no financieros.

- ¿Pretende revolucionar el sistema financiero tradicional?

- Hay que olvidarse del modelo bancario tradicional en el que recibíamos a los clientes, pero no los buscábamos ni nos adelantábamos a sus necesidades. La plataforma de servicios convencional también la estamos cambiando para que nos permita abordar otros mercados y trabajar con costes muy pequeños. Aunque seamos el banco más eficiente del mundo, también tenemos el objetivo de seguir reduciendo nuestros costes unitarios. Por tanto, nuestro plan estratégico no ha cambiado. Jugamos en la gran liga mundial de los diez o quince primeros bancos, con un plan muy definido de cambio y de evolución, y esto nos ha permitido ser hoy el banco más eficiente, más sólido, más rentable y uno de los más diversificados a nivel global. Y esta crisis no nos ha desviado ni un milímetro de los planes marcados.

- ¿Tampoco han tenido que cambiar sus objetivos económicos?

- En BBVA nunca hemos hablado de objetivos económicos. Es evidente que el ciclo macroeconómico nos afecta. No reconocerlo sería un error, pero de momento nuestras cifras de beneficio para este año no están afectadas. Ahora estamos analizando nuestras perspectivas para 2009. Creemos que nuestras previsiones no van a verse afectadas sustancialmente, aunque sin duda, eso dependerá de varios factores macroeconómicos. No obstante, tampoco lo más importante es alcanzar una cifra concreta de beneficios en un año concreto. El banco trabaja en el largo plazo; en transformarse para poder participar y crear más valor en una nueva liga de competición, que va a estar formada por unos poquitos bancos que hoy están en el mercado, quizá menos de los dedos que tengo en esta mano (indica señalando a su mano derecha), y unos poquitos que vendrán también de la red virtual (internet). Nuestra ventaja es que estaremos presentes en ambos lados, tanto en la red física como en la virtual.

- ¿No puede ser tachada la entidad que usted preside de iconoclasta al llevar a rajatabla su modelo, cuando el resto de bancos quieren aprovechar la crisis para crecer a través de una política de diversificación exógena?

- Que nosotros vamos a ir por un sendero distinto al de los demás, no me cabe ninguna duda. Trabajamos para ello, para configurar un modelo propio y diferencial. Pero eso no nos hace olvidar lo que ocurre en cada momento. El sistema financiero está afrontando la segunda fase de la crisis. La banca española ha estado ajena a la primera, de exposiciones a los «SIV», «Conduits»,... Ahora viene otra fase, la de la morosidad, en la que todo el mundo está involucrado, porque salpica a todas las entidades financieras y va a ser decisiva en los próximos dieciocho meses.

- ¿El crédito concedido a promotores puede incidir en los resultados del banco?

- Siempre hemos intentado conocer bien a nuestros clientes: su modelo de negocio, su sostenibilidad… En ese sentido, nos sentimos bastante cómodos tanto con nuestros promotores como con el resto de nuestros clientes. Por supuesto que tendremos algo más de morosidad, porque el ciclo es así, y eso es inevitable, pero nos va a afectar menos que al resto de nuestros competidores, tanto a nivel doméstico como global.

- ¿El Banco de España está exigiendo a las entidades un mayor volumen de provisiones?

- El Banco de España ha sido muy exigente desde hace diez años, cuando empezó con su política de provisiones anticíclica, y el sistema financiero español tuvo que hacer más provisiones que el resto de sus colegas en el mundo. Eso nos ha permitido afrontar hoy esta crisis mejor que la banca de otros países.

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