Factoría de medusas

El equipo de biólogos del Aquàrium de la capital catalana está reproduciendo la medusa «Aurelia aurita» de forma asexual para conocer mejor la morfología de esta especie y darla a conocer al público que visite sus instalaciones. Para esta iniciativa, se han habilitado dos tanques de agua donde crecen los llamados pólipos, que se encuentran fijados a las rocas del fondo marino y que tienen la capacidad de generar medusas.

Además de la «Aurelia», en el Aquàrium se pueden ver dos especies diferentes de medusas: la «Cotylorhiza tuberculata» y la «Rhizostoma pulmo».

El Aquàrium «cría» la «Aurelia aurita» en su zona de cuarentena, un área habilitada para cuidar y reproducir las especies del recinto. En esta zona se depositan en un tanque pólipos de medusa procedentes de diversos acuarios. Después, en otro tanque se cuidan las pequeñas medusas que nacen, hasta que éstas reúnen las condiciones adecuadas para ser trasladadas a los tanques grandes.

Según explica Bultó, el ciclo reproductivo de las medusas comprende una fase sexual y una asexual. El ciclo de una medusa típica se inicia con la fecundación externa -en el agua, en este caso- que se produce tras las expulsión de los gametos por parte de las medusas adultas de ambos sexos (aunque algunas especies son hermafroditas). A partir del óvulo fecundado se forma una larva, la plánula, que nada y se fija a las rocas del fondo marino o a conchas y se convierte en un pólipo. Este pólipo se divide por gemación y da lugar a pequeñas larvas de medusa, éfiras, que adquieren vida libre hasta convertirse en medusas. Y vuelta a empezar.

La «Aurelia aurita», explica Bultó, es muy común y es de las medusas menos urticantes. En algunos países asiáticos se la comen tras hervirla y macerarla. Al margen de la gastronomía, afirma el biólogo, «aún no hemos hallado otra manera de aprovechar las medusas».