La rueda del cine a competición no se dejó ni un bache por coger
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE
ENVIADO ESPECIAL
VENECIA. Si ayer hubiera llovido en Venecia tal vez habría hoy algo interesante que contar acerca de cómo reluce toda esa vajilla y platería puesta al revés que son los tejados venecianos. No llovió, o sea, que no queda otra ... que hablar de cine. Los tres últimos regalos en el programa de la competición eran de ese tipo de películas que lo mejor es verlas mientras haces también cualquier otra cosa: mientras lees, o planchas, o das de cenar a los chiquillos. Cine que no te agota ni visual ni mentalmente, y no porque no lo pretenda, sino porque, sencillamente, su peso se puede llevar en una mano y dedicar la otra a cualquier menester. El chino Yu Lik Wai era el autor de «Plastic city»; la francesa Claire Denis, de «35 tragos de ron», y el turco italiano Ferzan Ozpetek, de «Un día perfecto». Un día perfecto, ya digo, para que hubiera llovido.
La de Denis y la de Ozpetek tenían, al menos, un asidero, el arrebato de cotidianeidad de la historia en la francesa o el exceso de melodrama en la italiana, pero lo del chino no había por donde cogerlo. Yu Lik Wai es el fotógrafo de Jia Zhang-ke, lo cual, probablemente, le ha dado el pasaporte para que el iluminado Marco Mùller (director del festival) mirara su película como E.T. miraba al cielo. Mafiosos chinos en Sao Paulo, neones, jaleos, alguna toma curiosa del día o la noche de la ciudad, un poquito de violencia..., en fin, nada que se merezca pasar de esta línea.
«35 tragos de ron» es más sería en su modo de mirar, pero excesivamente desocupada por dentro, vacía... Los personajes, un padre, su hija, algún vecino..., viven y ese tipo de cosas. Parece ser que será en la segunda parte (otros 35 tragos de ron) cuando les ocurra eso que habrá de ocurrirles. Claire Denis es en esta ocasión «la intrusa» de su propia película y de estos personajes. En cuanto a «Un día perfecto», que trata melodramáticamente una tragedia familiar, con un padre maltratador y asesino, pues le ocurre lo contrario: demasiado contenido y poco modo de mirarlo. Tal vez con el musicón a menor volumen o sin tanto primer plano con impronta, la cosa gane. Total, que eso de «mostra» está todavía por demostrar.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete