Festival de Venecia «El proceso creativo es satisfactorio en sí mismo»
POR JORDI PICATOSTE
Takeshi Kitano (Tokyo, 1947) da miedo vestido de negro. Mientras habla, apenas sonríe, aunque lo que diga sea cómico. El director presenta en Venecia «Aquiles y la tortuga», la tercera parte de una trilogía, iniciada con «Takeshi´s» y continuada con «Glory to ... the Filmaker!», sobre la creación artística. En su último filme, el personaje principal es un pintor fracasado.
-¿Esta trilogía está relacionada con algún proceso personal?
-Hubo un momento en el que empecé a interesarme, sin ser consciente de ello, en el resultado comercial y la aceptación crítica de mis películas. Nunca quise tener en cuenta esas cosas, pero comenzaba a importarme. Ese fue mi estado de ánimo durante la trilogía. Con «Aquiles...» he sabido manejar esa ansiedad. Mi conclusión sobre el arte es la misma a la que llego en la película: seas director o pintor, el proceso creativo es satisfactorio en sí mismo y el éxito comercial y crítico o la fama son cosas secundarias.
-¿Por qué ese título para una película sobre arte?
-Hace referencia a la famosa paradoja de Zenon. La vida de un artista está llena de contradicciones y paradojas. No hay problema cuando estás entregado al cien por cien en el proceso creativo. Pero en el momento en que piensas en qué es el cine, o el arte, el sufrimiento comienza, porque es una pregunta sin respuesta definitiva. Si se coge esa fábula en un sentido práctico, Aquiles alcanza a la tortuga en pocos segundos, pero si diseccionas el tiempo quedas atrapado en una cadena infinita de decimales por la que la tortuga nunca es alcanzada. El arte puede ser así. En el momento que intentas analizar lo que estás haciendo, puedes quedar atrapado en una carrera cíclica intentando buscar una respuesta que no esta ahí.
-En el filme, usted no sólo lo protagoniza, lo dirige, lo escribe y lo monta, sino que además son suyos los cuadros del protagonista. ¿Cuándo empezo a pintar?
-Después de tener un accidente hace unos diez años. Lo hacía para matar el tiempo y porque leí que a veces cuando tienes un accidente, sucede algo en el cerebro que te convierte en genio. Me preguntaba si me convertiría en el nuevo Van Gogh del Japon.
-En un momento del filme, el protagonista quema sus cuadros. ¿También eran suyos?
-Una de las ventajas de incluir mis propios cuadros fue poder quemarlos. Si tengo que hacer un filme sobre Van Gogh o Modigliani no puedo hacerlo. Lo único que puedo quemar son mis propios cuadros. Fue muy divertido filmarlo.
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