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Usura en tiempos de crisis

En tiempos de crisis se gasta sólo lo imprescindible, y aún así hay familias que no pueden llegar a final de mes y viven bajo el temor de que les embarguen la vivienda por no poder hacer frente a la hipoteca, por lo que se ven obligadas a recurrir al préstamo urgente para salir del paso o hasta a empeñar las joyas de la familia. Hay muchas opciones, pero todas salen mucho más caro.

En España ya no existen aquellos tipos hipotecarios cercanos al 20%, aunque entonces las viviendas no tenían el precio desorbitado al que los elevó esta última burbuja inmobiliaria. Por este motivo, que el Euribor pase del 5,3% para muchas familias significa la catástrofe, porque cuando hicieron las cuentas para comprar el piso se ajustó hasta el último céntimo, y las entidades no pusieron ninguna objeción y hasta prestaron el 100% del valor de la vivienda.

Si los expertos recomiendan que la cuota mensual de la hipoteca no supere el 35% de la renta disponible, lo cierto es que la mayoría supera con creces ese porcentaje. La primera consecuencia es que la tasa de morosidad de las entidades financieras es cada vez más elevada (la media en las cajas de ahorros se situó en julio en el 1,8% y la mayoría de las entidades hablan de acabar el año muy por encima del 2%), por lo que bancos y cajas han decidido endurecer las condiciones para acceder a un préstamo. ¿Qué se puede hacer cuando se necesita dinero contante y sonante para hacer frente a la última urgencia? Depende de la cantidad que se necesite. Hay entidades que dicen tardar menos de veinticuatro horas en conceder uno de esos préstamos rápidos desde 3.000 a 12.000 euros.

Por encima del 8%

Al tratarse de un préstamo al consumo, las opciones varían dependiendo del fin para el que se necesite el dinero. Así, en cualquier simulador de préstamos que circula por internet se puede comprobar que a un crédito de 6.000 euros a devolver en un año se le suele aplicar un interés medio del 8,25%, con una cuota mensual de 522 euros (6.271 euros se devuelven al pasar el año fijado de devolución). El propio Banco de España confirma un nuevo ascenso en el coste de la financiación a los hogares durante el segundo trimestre del año, con un tipo de interés medio del 8,78% aplicado en las operaciones nuevas de préstamo para consumo. Pero estos préstamos los conceden cajas y bancos.

Créditos rápidos

Sin embargo, en los denominados «créditos rápidos» encontramos elevados intereses, que se disimulan con pequeñas cuotas mensuales de devolución. La Unión de Consumidores de España (UCE) ya ha advertido que se tenga cuidado con «tantas facilidades que esconden condiciones totalmente abusivas».

Como botón de muestra, la UCE pone de ejemplo préstamos no superiores a 6.000 euros sobre los que la entidad aplica tipos de interés entre el 20 y el 25% TAE o «incluso mayores», cuando en bancos y cajas oscilan entre el 7 y el 10%. De momento, recuerda la UCE, «se ha producido una condena por usura a una empresa de préstamo rápido». Porque junto a la pequeña cuota se une un estudio previo, que hace que el envío del dinero no sea tan rápido como se asegura, y el cobro de comisiones «completamente abusivas».

Una fórmula para escapar a la usura es empeñar las joyas. Las cajas de ahorros son un claro ejemplo de esta modalidad: empeñar las joyas en su faceta de Montes de Piedad. Esta actividad ha crecido un 7% en los últimos meses. Con el servicio «Préstamo con Garantía prendaria de Joyas y Alhajas», se conceden préstamos unipersonales, tomándose como garantía joyas o alhajas, que quedan empeñadas y en depósito hasta la cancelación de los mismos.

El importe depende de la tasación de la joya, sobre la cual se concede un máximo del 70% de su valor y por un plazo de un año. Transcurridos esos doce meses, el cliente puede cancelar el préstamo, recuperando las joyas que estén en garantía, o bien pagar los intereses y comisiones y formalizar otro nuevo préstamo por otro año.

Si el préstamo no se cancela al vencimiento, se dispone de un mes más, durante el cual se incurre ya en intereses de demora. Transcurrido ese plazo (13 meses) sin que se hubiese cancelado, las joyas que constituyen la garantía se preparan para su venta en pública subasta. En caso de que, adjudicados los bienes, el producto de su venta fuera superior a la deuda, el remanente se pone a disposición del cliente durante un período de tres años. Si fuera inferior, estará obligado a abonar la diferencia.

Las casas de empeño

Otras personas, en cambio. acuden a las casas de empeño o a las joyerías de compra-venta de oro y piedras preciosas, una práctica que con la llegada de inmigrantes ha aumentado significativamente.

Por ejemplo en Tarragona los propietarios de la joyería «Tot d´Or» reconocen que «raro es el día que no viene alguien a intentar vender algo». El precio del oro, en torno a unos 860 dólares la onza (el gramo se paga a 6 ó 7 euros), ha animado a muchos a empeñar sus joyas. Este tipo de joyerías se han dado cuenta de un cambio de tendencia: venden casi un 50% menos y compran alrededor de un 20% más.

Muchos créditos se piden para hacer frente a una urgencia. El crédito al consumo está pensado para estas circunstancias, aunque también han proliferado las tarjetas de pago que a cambio de descuentos en la compra y aplazamiento a los meses que el cliente elija pueden aplicar intereses hasta por encima del 22%.

Como en los accidentes de tráfico, nos creemos fuera de las estadísticas, y que no vamos a ser una de esas 120.000 familias que según la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) no podrán hacer frente a sus hipotecas.

Lo cierto es que los españoles debíamos a las entidades financieras el máximo histórico de 945.700 millones hasta marzo, según el Banco de España, de los que 850.027 millones eran por préstamos hipotecarios y 39.657 millones por créditos al consumo. Así las cosas, los españoles disponemos de 145.540 millones menos que hace un año, con lo que los 859.296 millones registrados como riqueza de los hogares nos hace retroceder a niveles de 2005.

El consumo en el 1,7%

La crisis está trayendo más desempleo (el 12,5% de los trabajadores estarán en el paro a finales de año), los alimentos básicos siguen en subida permanente (la inflación se acaba de situar en el 5,3%), los carburantes... que unido a los tipos de interés (5,393%) han provocado una caída de nueve décimas en la tasa del consumo, que ya está en el 1,7%, la mitad que hace un año y con ello se ha desincentivado la compra de vivienda y bienes de uso duradero como automóviles o electrodomésticos.

No es de extrañar que, si además las entidades están endureciendo sus condiciones en la concesión de hipotecas, la Asociación Hipotecaria de España (AHE) asegure que estos créditos vayan a crecer un mínimo histórico del 5%.

En el caso de los créditos al consumo, estamos retrocediendo a niveles de 1992, porque cada vez son menos las familias que se atreven a pedir un préstamo sin saber cuándo acabará la crisis y si podrán devolverlo. Los que se atreven, ya saben que deberán pagar intereses que a veces rozan la usura.

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