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Serrano, la «milla del alunizaje», sufre otro brutal asalto a una tienda de lujo

La plaga que azota los establecimientos comerciales de la calle Serrano no cesa ni en agosto. Ayer, al alba, se produjo el último y enésimo «alunizaje» en la zona. Tres encapuchados destrozaron a mazazos la luna del escaparate y se llevaron todos los caros bolsos que había en él expuestos. La Policía no tardó en llegar, pero para cuando lo hizo los ladrones ya habían puesto pies en polvorosa.

Los hechos se produjeron alrededor de las 6 y media de la mañana, cuando un turismo de alta gama, un BMW serie 5 o 7 según algunos testigos presenciales, se detuvo frente a la tienda de moda Lotusse, sita en el número 68 de la calle Serrano, frente a un gran centro comercial. Del coche se bajaron tres individuos encapuchados que la emprendieron a mazazos con el escaparate hasta dejarlo hecho añicos. Entonces emprendieron un apresurado saqueo, en el que en apenas unos segundos arramplaron con todos los bolsos expuestos.

Burlaron a la Policía

A esas horas de un día de agosto, la calle suele estar desierta, de lo que se aprovecharon los delincuentes, pero un taxista aparcado en la zona presenció los hechos y llamó a la Policía. Los agentes llegaron rápido, pero no lo suficiente para echarle el guante a los ladrones. Sin embargo, su aparición forzó su huida y minimizó la cuantía del botín.

Los maleantes se dieron a la fuga a toda velocidad en el lujoso vehículo en el que se presentaron en el lugar y que presumiblemente había sido sustraído con anterioridad. Ahora empieza el trabajo para los funcionarios del Grupo XVII de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) de la Policía Nacional. Serán ellos los encargados de dilucidar si los responsables de este último «golpe» son los mismos que en las últimas semanas vienen dejando su estela criminal por concesionarios de coches, tiendas de moda y perfumerías de todo el área metropolitana. Ayer, por la mañana, antes de que entraran en acción los cristaleros que repararían la luna para que el local pueda abrir sus puertas hoy, los investigadores de la Policía tomaban huellas de la puerta de la tienda con la vaga esperanza de que pertenezcan a los delincuentes y sirvan para identificarlos.

Buscando huellas

Marcos Pulido, encargado del establecimiento, hacía después cálculos: «No sólo ha avisado el taxista, también la central de alarmas, pero aun así les ha dado tiempo a llevarse unos 14 o 16 bolsos, lo que puede suponer alrededor de 6.000 euros». De nuevo, unos cuantos ceros que añadir a la onerosa cifra de pérdidas sufridas por los comerciantes de la «Milla de Oro» causada por una modalidad delictiva que la Policía no termina de atajar. Y eso que la Delegación del Gobierno mantiene un discreto pero importante despliegue en la zona.

Como muchos otros establecimientos de la zona, la tienda «alunizada» ayer ya había sido víctima de robos anteriores. Pulido recuerda que «hace más o menos un año también nos entraron y se llevaron todo lo que había».

Un somero vistazo a las hemerotecas basta para comprobar la pertinacia de un fenómeno delictivo que tiene hastiados a los empresarios y frustrados a los responsables policiales. Sólo en los últimos 3 meses, se han producido 9 robos de este tipo en la capital, pero es la «Milla de Oro», una de las zonas más elitistas de la capital, la más castigada por los «aluniceros».

Pero aunque en los últimos tiempos, la plaga arrecia, el problema viene arrastrándose desde mucho antes. Tanto, que uno de los empleados de la tienda a la que «le tocó» ayer hacía un pronóstico muy pesimista: «Esto no se va a acabar nunca. Ya hay mucha Policía, pero lo que no pueden es poner un coche a la puerta de cada comercio».

A su lado, su compañero se lamentaba porque los cacos le habían estropeado la libranza: «Yo, hoy en teoría no tenía que trabajar». Este mismo afirmaba que «vienen y se llevan en un segundo todo lo que está expuesto, con lo que lo único que nos falta ya por hacer es dejar los escaparates vacíos cuando cerramos; pero claro eso no puede ser porque la tienda vive mucho también de quien se fija en el escaparate fuera del horario de apertura». Ahora, salvo que la Policía lo impida, los bolsos sustraídos ayer serán vendidos en el mercado negro y el negocio hasta la fecha impune de estas bandas organizadas seguirá viento en popa.

Y los comerciantes de la zona martirizados.

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