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Actualizado Martes, 12-08-08 a las 10:49
Pocos pueden presumir de desfilar en París, pero menos aún son los que lo hacen rodeados de todo el glamour y la exclusividad que envuelven a la alta costura. Los malos augurios que algunos preconizaban se diluyeron en la última Semana de la Moda de la capital francesa. Viejas agujas y nuevas promesas insuflaron vigor al arte del patronaje. Entre ellos, un español, el barcelonés Josep Font.
-Todavía resuena su éxito en París. ¿Cómo lo lleva?
-A mí el éxito me dura cinco minutos. Pero contados, ¿eh? Termino el desfile, las entrevistas y todo lo que lo rodea, y hasta el próximo año.
-Supongo que sí habrá nervios.
-Los nervios duran hasta que termina todo. Siempre da miedo que algo falle, hay muchas teclas que afinar, pero con los años uno se tranquiliza. El diseñador es el hilo conductor para que el sueño se convierta en realidad.
-¿Resurge la alta costura, como el Ave Fénix, de sus propias cenizas?
-En realidad nunca murió. La alta costura es la ilusión que mueve la moda, donde realmente puedes expresarte con mayor soltura y riesgo, un poco la tendencia que mueve el prêt-à-porter. En la alta costura no hay límites de ningún tipo. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad.
-¿Se siente más cómodo en esta faceta?
-Me siento cómodo en las dos cosas. Cuando un proyecto me interesa, me ilusiono y me tiro de cabeza.
-¿Le veremos de nuevo en Madrid o Barcelona?
-Soy una persona abierta, nunca se sabe. En España hay talento; la única diferencia con París es la cultura de la moda, donde nos llevan años de diferencia.
-¿Qué le parece esa dualidad-rivalidad?
-Me parece absurdo la doble pasarela. Quizás ganemos algo el día en que no se dediquen a jugar a la política.
-¿Existe la tiranía de la moda?
-Cada vez menos. El futuro de la moda es cada vez más personal; la gente está educada en la moda, y mira lo que realmente le apetece y le gusta.
-¿Qué prenda nunca falta en el armario de Josep Font?
-Soy un amante de la chaqueta sastre. Me encanta, aunque casi nunca voy con ella. Hay prendas de las que me enamoro, me las compro y luego nunca me las pongo, es sólo por tenerlas.
-¿Se puede ser elegante en bañador y chanclas?
-Sí. No tiene nada que ver con la vestimenta o con lo que llevamos encima. Está claro: se puede ser elegante hasta desnudo.
-¿Un viaje inolvidable?
-Al desierto de San Pedro de Atacama en Chile. Ha sido el viaje de mi vida. Quizás porque fui solo y allí me tuve que espabilar. Toda una aventura hasta la Patagonia chilena, sin guías ni nadie. Lo recomiendo.
-¿Con quién no se iría de vacaciones?
-Con mis enemigos.
-¿Algún nombre?
-(Risas) Por supuesto que no.
-¿Dónde descansará este año?
-Iré una semana a Estambul. Y luego a la otra punta de Turquía, una pequeña playa para desconectar de todo.
-¿Nos adelanta algún nuevo proyecto?
-Más proyectos no por favor (risas). Ahora sólo descansar y en septiembre empezar de nuevo.

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