CLÁSICA
Juan Diego Flórez y la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC). Festival de Perelada. 2-VIII-2008
PABLO MELÉNDEZ-HADDAD
Lo que son las cosas. Al día siguiente de que el Teatro Real se enterase por unas declaraciones a la prensa de Juan Diego Flórez, una de las estrellas de su temporada, de que el tenor peruano había decidido cancelar el compromiso que tenía firmado y que implicaba renunciar a cantar «Rigoletto» el próximo mes de junio, el cantante va y despide su brillante actuación del sábado en el gerundense Festival de Perelada nada menos que con «La donna _ mobile», el aria más conocida de... «Rigoletto».
Era el tercer bis de la noche, y llegaba después de esculpir en oro -y con variaciones propias-, «Una furtiva lágrima», de «L´elisir», y el rondó final de «Cessa di più resistere», la escena final de «Il Barbiere», óperas que tantos éxitos le han brindado en estos diez años de escenarios. Su «Donna _ mobile» sonó pletórica y llegó teñida de más de alguna payasada, como la de dar el último «do» mirando el reloj para ver de cuánto era capaz, todo ello entre el fervor de un público que se puso a sus pies nada más abrir la boca, con el «A te, o cara», de «I Puritani». Fraseo sublime, voz bellísima, control de «fiato» impresionante, coloratura perfecta... Flórez lo tiene todo y lo sabe exponer con destreza y virtud, y en este reencuentro con el evento ampurdanés, en el que debutó hace unos años con un recital, no fue la excepción: él volvió a brillar con luz propia y no opacaron su arte ni esa maleta extraviada que le aguó su llegada a Barcelona ni el revuelo creado por esas declaraciones publicadas el mismo día del concierto sobre su cancelación del «Rigoletto».
Pero si este nuevo triunfo de Flórez era más que previsible, la sorpresa llegó de la mano del joven director Michele Mariotti, un músico creativo, exigente y eficaz que jugó a ganador tanto en la brillante Sinfonía de «Semiramide» o en la oscilante obertura del «Don Pasquale» como en el lírico ballet de «Guillaume Tell», conquistando en ambos espacios poéticos y consiguiendo excelsos resultados de una OBC flexible y obediente, dando al solista total confianza gracias a la maestría de Marioti, siempre claro en las ideas y dotando de sentido dramático al fraseo.